Memorial de Marzas

En Santander, a 29 de enero de 2015. Dispuesto así, lo normal habría sido propugnar la redacción y edición de libros de ensayo sobre tan particular asunto. Que en la 'Wiky' se define con tino: «Marzas es el nombre que reciben los cantos con los que se recibe al mes de marzo, conmemorando así la llegada de la primavera. Se cantan el último día de febrero o el primero de marzo en numerosas localidades ubicadas en la zona del norte de España, especialmente en Cantabria (...)».

Mi particular retrovisor refleja un luminoso destello científico-técnico en 'La Tertulia', revista de ciencias, literatura y artes. Época Segunda, tomo I, de 1º de enero de 1876, Imp. de Solinis y Cimiano, Santander. Donde, a pie de página, se pontifica que «de las pocas canciones montañesas que llevan un compás de tres por cuatro es la más antigua y la más popular la de la marzas».

Sigue a éste un artículo merecedor de más eco del que hasta la fecha ha obtenido, del reinosano Duque y Merino, con el título 'Algo de las marzas'. Y otro de Iriarte de la Banda, intitulado 'La merienda de las marzas'. De 1919, es la composición poética 'Marzas' que este maestro republicano publica en 'El Cantábrico', con el incendiario introito: «En la noche triste / suena el himno bravo / de un pueblo que esclavo / jamás quiso ser. / Es el alma cántabra / sincera y valiente, / es un grito ardiente / de gloria y placer. (...) Y su concluyente llamada a cambiar las musas por el teatro: «Cantabria indomable / ¡despierta a sus sones! / ¡Yérguete... haz jirones / tu yugo feudal...!».