El pepón mayor del reino

Hoy, San José ha sido laicamente reducido a merecido Día del Padre, con el beneplácito de los Grandes Almacenes que son los que se ponen las botas envolviendo regalos para los papás; bienintencionadas prendas que la más de las veces habrá que cambiar por otras más a gusto del consumidor. En Santander, el primer cohete de aviso lo lanzaba el inefable Estrañi, don José, el Pepón mayor del reino. Sus pepitorias, tan célebres hace cien años, no han merecido aún la gloria de elevarse a condición de libro. Desde que se publicaran, por las páginas de 'El Cantábrico' anda revoloteando, como hoja seca en otoño, alguna que otra pepitoria exhumada al buen tuntún del juntaletras, sin ánimo recolector. Conste para quien no esté al tanto del asunto que Estrañi, por quien cumple hoy levantar una copa de cazalla al cielo, redactaba una columna llamada 'PEPITORIA' en el festivo día de su onomástica. La primera dedicada a sí mismo. Seguida de las dirigidas a tocayos locales notorios por sus apellidos. Lo que muy mucho inflaba sus vanidades. Y así estuvo don Pepe, año tras año, hasta que la Muerte amagó con llevárselo a Ciriego.

Documento su última pepitoria en 1919. Para la de 1920, tres meses escasos le faltaron. El popular versificador se quedó a las puertas de ser octogenario.