Sepultura de Quijano

En las Guías catedralicias figura como capilla de Ntra. Sra. del Patrocinio. Y en la lápida solar que ante el altarcico fenece sin amor de nadie y sin consuelo, a malas penas se percibe en el mármol la dedicatoria funeraria a la primera mujer del gran artista cuya trayectoria se ignora tercamente en Cantabria. De donde es por la cuna. Como a todo efecto prueba el mote.

Está por concretar si nació en Quijano. En esta localidad, del municipio de Piélagos, algo podría hacerse por los eruditos y cronistas locales. Remover los archivos y despertar la adormecida conciencia política merece la pena. Hieronimus no fue un elemental picapedrero, como a la ligera se supone. Ni un escultor del montón. Fue un renacentista sublime, un artista mayúsculo. Con sustantiva obra artística en Murcia, Lorca, Jaén, Albacete, Chinchilla, La Gineta, etc.

En mi última visita a la catedral murciana he incorporado a mi archivo iconográfico, con otras, la portada del Ecce Homo; obra en mármol blanco, siglo XVI, de inigualable belleza plástica. Representa la cabeza de Cristo coronado de espinas, emergiendo del óculo central del tímpano.

Merecería la pena reproducirla a escala, con los debidos permisos. Y acometer la transcripción literal de su testamento. Fuente historiográfica de primerísimo orden.