Una vista no vista de Santander

La transcripción de la ficha técnica justifica la conveniencia de su difusión para público conocimiento y general deleite de los amantes del arte y de la historia. Su recto tenor es: «Boceto para un cuadro mucho mayor (paradero desconocido), que muestra al todopoderoso ministro de Carlos III, conde de Floridablanca (1728-1808), acompañado por las figuras de los dioses Mercurio y Vulcano, ante una vista que debe ser la de la ciudad de Santander».

Al fondo de la representación, izquierda, hay un cuadro dentro del cuadro, cuyo primer plano ocupa, de derecha izquierda, una azul mancha marina que invita a pensar en la bahía, surcada por una nave con las velas hinchadas por el viento. Mas sin ver el cuadrito a tamaño normal aventurada es toda manifestación sobre lo representado; para lo cual sólo dispongo de una reproducción de insignificante tamaño. Revela ésta que más que una vista de Santander, como se asevera, pudiera tratarse de la alegórica alusión a las cadenas del puente de barcas que llevaron la Torre del Oro sevillana al escudo de la ciudad. En definitiva: parece un idealizado homenaje a las naves cántabras capitaneadas por el almirante Ramón de Bonifaz. Archiconocida gesta que se remonta al año 1248.

No es de descartar que el cuadro resultante del boceto tuviera como natural destino la sala de juntas del Muy Ilustre Ayuntamiento de esta Noble y Leal Ciudad de Santander, formado por un alcalde mayor y un animoso grupo de regidores.

Oído Alcaldía: plausible sería solicitar del Prado la cesión temporal del cuadro para su exposición en el MAS. La vecindad se merece tan espléndido regalo.