Volveré en la primavera

Muchos años por medio, el Anuario de Cantabria ocupa el vacío existente con terne vocación de permanencia. Lo que prueban, mejor que las palabras, los treinta y nueve números que lleva publicados hasta la fecha. En las bibliotecas locales mejor abastecidas el Anuario de Cantabria ocupa ya un carro de letra impresa. Varias varas longitudinales de lomos, del 1 al 39, que hacen un número de páginas impresas que nadie ha tenido la paciencia de sumar.

Son miles de páginas impresas que se acogen a un silogismo práctico: 'Del pasado para el presente. Del presente para el futuro'. Se cuenta para el presente lo acaecido en el año previo, para que el tiempo guarde memoria de lo sucedido mes por mes, lo que ya no tiene vuelta de hoja. Trescientos sesenta y cinco días de vida regional, nacional e internacional. Para la memoria. Y para que sirva de aviso al tiempo venidero.

Una antigua máxima enseña que el tiempo trae memoria de lo que está por venir. El año ya en marcha, bisiesto, con un día de propi para que celebren cuatrianualmente su natalicio los alumbrados en 29F.

La presentación del último Anuario de Cantabria, reunió en el Palacio de Festivales y Congresos, en la noche del jueves 14, lo más granado de la sociedad regional. Con un ejemplar bajo el brazo y la copa de la arrancada, partió el personal con la promesa anual de costumbre: «Volveré en la primavera». Del 25.