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Cantabria, 2023. Cuento. Miguel Ángel Revilla, ochenta años bien cumplidos, acude de nuevo a la cita con las urnas, aunque se especula con la posibilidad ... de que el viejo patrón preste así el último servicio al partido. Hay quien cree, quizá ingenuamente, que figurará como cabeza de cartel, fiándolo todo a su tirón electoral, para dar paso inmediatamente al necesario relevo. El nombramiento de un líder distinto puede ser traumático porque los regionalistas nunca tuvieron otro candidato en sus cuarenta y cinco años de historia. López Marcano, sesenta y ocho años, parece el sucesor natural, pero nunca se sabe. Hasta es posible que Revilla aguante otra legislatura. El PRC presenta su lista en rueda de prensa. Nadie duda de la victoria, ni descarta la mayoría absoluta, como respuesta agradecida de los ciudadanos de Cantabria a una gestión larga en el tiempo, seria en la forma y eficaz en resultados.
Cantabria es la rica Luxemburgo o algo así. Después de dieciséis años como presidente, y ocho más en la vicepresidencia, se han cumplido los objetivos previstos. Por eso, el balance no analiza los últimos cuatro años sino casi un cuarto de siglo de permanencia en el poder. Como prometió, el presidente ha situado a Cantabria a la cabeza de las comunidades de España. El éxito económico, traducido en un paro casi inexistente, es producto de una cuidadosa planificación, la apuesta por las tecnologías punteras y los sectores más productivos y la firmeza y habilidad mostradas en las negociaciones con el Gobierno central para atraer inversiones en obra pública, sobre todo en la etapa de Zapatero -«José Luis, ya sabes que te quiero muchísimo», le dijo Revilla- y el ministro José Blanco. Gracias a ellos, Cantabria ya no es la región del 'se va a hacer', 'ya veremos' y 'vuelva usted mañana'.
La relación es tan extensa que se citan solo los logros más relevantes. La Universidad del Castellano en Comillas, por ejemplo, en la que se matriculan cada año cientos de estudiantes chinos y de otros lugares; la inauguración del AVE a Bilbao, que nos conecta con Europa, o la entrada en Santander de otro AVE, el que nos traslada a Madrid en dos horas y media. Resuelto el freno de las comunicaciones con la apertura, también, de la autovía Dos Mares, hacia el levante, y los tramos que facilitan el acceso al centro del país, empresas de todo tipo se instalan en Cantabria en un número nunca visto. Los turistas colapsan el Mupac, pero otros prefieren visitar la Ciudad del Cine de Cuchía. Como se esperaba, La Pasiega, en Parbayón, es un foco de riqueza, al igual que la fábrica de fibroyeso de Orejo y los 1.500 empleos creados en la reapertura de la mina de Reocín. Cantabria, año 2023. Fin del cuento.
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