Arte religioso en la ciudad

Lejos queda el tiempo en el que cines y discotecas estaban cerrados, la televisión no emitía publicidad y se programaba música clásica y películas de índole religioso. Lo cierto es que en estos días se acude más a las iglesias para participar de los ritos religiosos, si bien en la calle tienen lugar otros complementarios como son las procesiones. Es por ello que se me ocurrió recordar algunas de las obras de arte sacro realmente importantes que tenemos en la ciudad.

Recordaba el Cristo atribuido a Alonso Cano de la iglesia de La Asunción. Y en ese mismo ámbito, en el ábside, la escultura en piedra de Ceferino Calderón realizada por el escultor santanderino Daniel Alegre. En el templo de la Virgen Grande las imágenes en la fachada de Higinio Sainz, una Virgen con el Niño y un Sagrado Corazón, en piedra ambos. Más dos Cristos, uno en el Altar Mayor y otro en la Cripta, en madera y una Virgen con el Niño de madera. En el dintel de la puerta lateral, por la que se accede desde la Plaza del Grano, el relieve de Jesús Otero 'Dejad que los niños se acerquen a mi'. Señalar asimismo en el interior los mosaicos del catalán Santiago Padrós.

En la iglesia San Pablo de Nueva Ciudad dos relieves en madera, la 'Última Cena' y una Virgen con el Niño del citado Higinio Saiz, quien en la iglesia de San José Obrero del Barrio Covadonga tiene un Cristo y un San José de madera. Por último, reseñar la imagen de la Virgen en el exterior del Colegio La Paz, obra del catalán Subirach, una excepcional pieza que enriquece el patrimonio artístico de la ciudad. Por supuesto que quien quiera profundizar en este tema, acuda a la bibliografía de Enrique Campuzano.