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El famoso equipo de los bigotes (72-73), el de la alineación que nos aprendíamos de carretilla, se arraigó en la memoria racinguista por la fama de invicto que tuvo en las primeras jornadas y porque subió a Primera. Lo logró matemáticamente a falta de ... tres jornadas, cuando derrotó al Tenerife en El Sardinero. Pero las gradas de los Campos de Sport no lo celebraron como se había previsto. La alegría y el entusiasmo se desviaron hacia la indignación y la rabia. Los aficionados apenas saltaron al terreno de juego para abrazar a sus héroes deportivos. En cambio, manifestaron su sentir lanzando almohadillas e improperios que deslucieron un día que hubiera estado destinado a la fiesta.

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eldiariomontanes El ascenso empañado contra el Tenerife