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Equipo racinguista que perdió ante el Valladolid en Zorrilla en marzo de 1993. De izquierda a derecha, Ceballos, Roncal, Merino, Solaeta, Edu García y Barbaric. Agachados, De Diego, Gelucho, Geli, Mutiu y Sabou.
El ascenso indirecto del 93

El ascenso indirecto del 93

MI SAQUE DE ESQUINA ·

Domingo, 5 de diciembre 2021, 07:34

Fue algo raro, de esas vivencias que pocas veces se tienen en las gradas. El equipo había entusiasmado, había ganado y goleado y al final del partido, pero los jugadores se encontraban abatidos, derrotados, cabizbajos, impotentes y doloridos en su estima. El Real Valladolid, el ... equipo con el que el Racing se jugaba el ascenso directo, había ganado su partido en Palamós, había empatado a puntos en la clasificación final y superado a los cántabros en el número de goles. El gozo, en un pozo. Pero el público de los Campos de Sport no quiso que los jugadores se marcharan así a los vestuarios. Se levantó de sus asientos, inundó de ovaciones el estadio que aún olía a nuevo y comenzó a perfumarlo con voces para cambiar el destino: ¡Racing! ¡Racing! ¡Racing! Viví aquella temporada con mucha intensidad. Vaya revuelo y vaya polémica, con esa historia de la conversión en sociedad anónima y la participación de las instituciones para hacer del Racing un equipo digno y representativo de Santander y de Cantabria. En aquella temporada se había apostado fuerte. Había muchas esperanzas con el refuerzo de Quique Setién y Tuto Sañudo, dos emblemas racinguistas que regresaban después de haber triunfado en sus respectivos equipos, y la incorporación de hombres como Merino, Barbaric, Mutiu...

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