Autocensuras

Podría decirse que Herrero ha presentado una automoción de censura contra sí mismo. El desalojado es el PP, pero él mismo ha respaldado la gestión que ahora desautoriza para quedarse con la Alcaldía. Durante dos años ha votado a favor de los populares en proyectos de obras y los presupuestos municipales, por ejemplo. Es difícil de entender, por tanto, que la crítica a la labor de gobierno esté detrás de todo, aunque siempre sea esa la excusa que se da en la mayoría de mociones de censura. Esto no es otra cosa que una lucha de cuota de poder político con dos años de retraso.

Pese al pacto de Gobierno PRC-PSOE en Santander, y también a pesar de que los regionalistas consiguieron cuatro concejales en Rionansa frente a uno solo de los socialistas, Herrero se negó desde el primer minuto a pactar en el Ayuntamiento si el alcalde no era él. Hasta el punto de que no se presentó al Pleno de 2019 en el que se proclamó regidor al popular José Miguel Gómez por «encontrarse indispuesto».

La relación personal con los concejales del PRC no es buena, y ellos tampoco quisieron en su momento tragar con darle el bastón de mando al minoritario. Aunque la hemeroteca está llena de precedentes, sin ir más lejos cuando en 2003 Zapatero le dio la presidencia de Cantabria a Miguel Ángel Revilla, con solo un 19% de los votos frente al 30% del PSOE.

La dirección socialista también ha intentado que Herrero entrase en razón durante este tiempo, pero sin mucha convicción. Rionansa es un ayuntamiento pequeño y lo único que ganaban es un concejal. Desde el PRC sí han existido más quejas, incluso desde la propia agrupación local del PSOE, dividida entre los partidarios de Herrero y los que no querían que el PP siguiera gobernando un día más. Los regionalistas han cedido ahora, una vez que han visto que el dirigente socialista no iba a ceder. Ha podido más la patada al PP que el orgullo de no ceder al órdago.