De azul y amarillo

Azul y amarillo. Colores que presiden cartas de niños y niñas desde Cantabria con destino al corazón de unas familias, rotas, que se han visto atrapadas en una guerra. Cartas hechas para que sepan que cuentan con «todo nuestro cariño y con toda nuestra fuerza».

Azul y amarillo. Colores que brillan en esas dos tiendas de Santander que hicieron un llamamiento de socorro pidiendo ayuda en forma de material humanitario para sus compatriotas. Una petición que de inmediato ha dado lugar a una auténtica ola de solidaridad con iniciativas públicas y privadas que se extienden por toda la región.

Azul y amarillo. Colores que se cuelan sin saberlo en gestos mucho más heroicos de lo que se creen sus protagonistas por el simple hecho de ir a hacer la compra con la lista de 'material fundamental' que se reclama de forma urgente.

Azul y amarillo. Colores que han viajado y lo seguirán haciendo en los camiones cargados con palés llenos de esos productos de primera necesidad donados gracias a la generosidad de todo un pueblo. Azul y amarillo. Colores con los que serán bien recibidas en nuestra tierra todas esas familias que se han partido en dos porque la maldad no tiene límite. De azul y amarillo, ahora más que nunca, como la camiseta «trillada» de mi compañero.