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La crueldad de un asesinato

¿Por qué ese afán supremo de control y posesión de la compañera, amiga, pareja, desconocida, en definitiva cualquier mujer?

Jueves, 14 de marzo 2024, 07:11

No es nada difícil que en cualquier momento, en el ejercicio de nuestras actividades o en periodos de descanso, de relajación o tertulia, seamos sorprendidos por la noticia de algún hecho brusco, vil, y cruel, como el de un asesinato mediante asfixia, por degollamiento, disparo ... de escopeta, martillazo en la cabeza... en definitiva, a través de un proceso inverosímil, no fácil de imaginar. Así, de forma permanente, ocurre uno y pensamos cuándo ocurrirá el siguiente, porque siempre hay otro y otro; es algo incrustado en nuestro comportamiento en consecuencia, como una sacudida violenta, como una respuesta intempestiva, con un deseo malévolo y repugnante se ocasiona en cualquier momento, lugar o circunstancia. Ni la raza, cultura, nivel social, color, práctica religiosa, vida rural o urbana, nivel de inteligencia… no se dan singularidades. Cualquier individuo puede ser candidato a criminal, a cometer un acto tan repugnante, detestable, y doloroso, incluso sin importarle la presencia de sus hijos con los que ocasionalmente puede descargar su ira, su rabia, su repugnado odio; niños mayores o menores pueden ser decapitados, asfixiados, quemados… o despedidos por un balcón de un piso con gran altura. Cuando escribes esto sientes un estremecimiento interior y no puedes por menos de preguntarte ¿por qué?. ¿Por qué este cáncer maligno social que tantas vidas ha segado hasta el día de la fecha?, ¿por qué previamente esos individuos vacíos emocionalmente, llenos de odio y rabia, impregnados de deseos de venganza y destrucción, no piensan un poco ene su madre, mujer que les ha traído al mundo?, ¿por qué ese sentimiento de venganza?, ¿por qué ese afán supremo de control y posesión de la compañera, amiga, pareja, desconocida, en definitiva cualquier mujer? Al final la dinámica es la de satisfacción de un malévolo deseo, de tener, disponer, poseer y controlar, entendiendo que la mujer es un objeto, muñeco al que pueden tomar, dejar, abandonar, escupir y destruir. ¿Qué es lo que en el fondo quieren demostrar?, que soy más que tú, que soy tu dueño. ¿Y eso dónde nos lleva?, ¿a satisfacernos porque somos poderosos? Porque podemos manipular a nuestro capricho a otro ser que respira, que tiene vida, y que lo que pretende es vivir en paz.

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