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El camino de la sociedad a lo largo del tiempo ha sido realmente tortuoso, salpicado de responsables o líderes sociales en su mayoría ciegos por el egoísmo que conlleva el afán de control, por lo que, con el transcurso del tiempo, han ido realizando un ... sembrado de fracaso tras fracaso, desde cuyas humillantes situaciones, y cargados con un sentimiento de temor a volver a caer, han llenado la historia de acuerdos firmados y sellados cuyo significado siempre ha sido el de la revisión de sus destructores actos, junto a la definición de un proyecto común como vacuna, para no tropezar nuevamente en la misma piedra. Hoy, sin temor a equivocarnos, podemos afirmar que estamos situados en un nuevo y peligroso fracaso; el mundo que se ha ido lentamente definiendo y, al final de la Segunda Guerra Mundial, con cartabón en mano, sin respetar etnias, razas, relieves del terreno, hábitos sociales, historia de los individuos… se han realizado unas líneas como fronteras que, pensando desde el afán de control y posesión, el resultado ha sido un nuevo fracaso.
Hoy el mundo es como un tablero variopinto, en el que a pesar de las instituciones internacionales, pensadas como responsables del orden internacional, y cuyo espíritu se remonta a la paz de Westfalia que tanta sangre inocente costó, cristalizó al final de la Segunda Guerra Mundial con la creación, entre otras instituciones, de la ONU. No obstante, es el miedo el que sigue triunfando, el miedo al poder, el miedo a la destrucción, y de forma especial el miedo a traspasar las puertas del final de este mundo; porque en este caso no se trata de la repetición de un enfrentamiento clásico: la nueva destrucción temida puede superar todas las previsiones posibles, representando una incógnita gigantesca para la que nos estamos preparando, por lo que, pétreamente uniformados y expectantes, y con voz pero sin voto, no somos más que unos títeres de las grandes potencias, discutiendo la venta de humo.
Actualmente podemos ya visionar un eco de la tecnología en los escenarios de crueldad que está ocurriendo, especialmente en Ucrania, en Cisjordania y Gaza, e incluso en toda la zona de Oriente Próximo, amén de otros pueblos, pues en estos momentos son más de 51 las guerras que están en activo. Pero ahora hablamos de otro tipo de guerra que aunque soterradas son más temidas, tanto que fuerzan alianzas, compromisos, pactos puntuales que al final nadie respeta, pero que el temor de todos es tan grande, que los que pueden, Elon Musk entre ellos, están cavando su trinchera en Marte.
La tecnología es hoy la protagonista de nuestra sociedad, como en otro momento lo fue la prensa, la imprenta y antes lo había sido la pólvora, y además está dando pasos de gigante. Nació como auxilio o refuerzo de la inteligencia del individuo, han colaborado y sumado fuerzas durante tiempo. Gardner, padre de las inteligencias múltiples, lo ha denominado como inteligencia colaborativa, pero lentamente esta relación armoniosa va de forma clara siendo superada por el desarrollo de la técnica, que de forma lenta ha conseguido desplazar al individuo de múltiples actividades que históricamente ha venido desarrollando; camino que sigue desarrollándose con la posible conexión de algunos terminales propios de la técnicaal cerebro del individuo, de tal forma que pueda reforzar sus capacidades. Es un hecho que en el momento actual está consumiendo tiempo y mucho dinero, y que plantea el problema del control de la relación de actividades, así como el análisis de los efectos. No obstante, el gran salto supone el logro de robots que, además de desarrollar labores singulares, más o menos complejas, pueden alcanzar la posibilidad de disponer de conciencia, saber responder al discernimiento de la realidad, analizar y elaborar una crítica, aunque para este diálogo se necesita cierta sabiduría que, en el día de la fecha, impresiona que no podrá adquirir.
De hecho, hoy se viene planteando el posible sufrimiento de la máquina, para la que ya existe un psicólogo, Kile Fish, como primer especialista en bienestar computacional, que viene estudiando e interpretando los diferentes comportamientos, por si se puede apreciar dentro del ejercicio de su labor algún tipo de sufrimiento. Se trata de psicólogos que velan por la integridad del muñeco, o mejor, por la salud del mismo. Esta apreciación, que en principio impresionaba de sospecha, parece que es una realidad. Primero Grecia comparó al cerebro con un sistema hidráulico de canales, como canales neuronales; en la era industrial con la máquina de vapor, que trasforma el calor en fuerza; en el siglo XX, se ha comparado a un ordenador clásico, y hoy se sabe que realiza operaciones computacionales, como fenómeno cuántico, en opinión de Google.
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