Benito Madariaga, escritor veterinario

Su primer libro, 'Sociología veterinaria' (1958), representó un novedoso estudio, que supuso una destacada aportación para la dignificación y un análisis –esperanzador– de las perspectivas de futuro del profesional veterinario. Iniciaría este año sus colaboraciones en la prensa con un artículo sobre 'La leche y el queso'. Poco a poco incorpora a sus escritos la pesca salmonera, la mecanización, la divulgación de cursos profesionales de actualización o las mascotas (el gato). Por su relevancia destacaríamos: '¿Lee usted las páginas ganaderas de los periódicos de la localidad o alguna revista de esta índole?' (1959).

En 1960 incorpora los trabajos biográficos con 'Mi colega Darbón', que suponían un homenaje a quienes habían destacado en la profesión. Inicia su activa y fecunda participación en reuniones de ámbito profesional en Santander con dos comunicaciones sobre las algas y el plancton en la alimentación del ganado; y en la I Semana Nacional Veterinaria (Barcelona) presentando tres comunicaciones sobre depuración de moluscos e inspección de establecimientos públicos y de la industria conservera. Publicaba en 1961 su estudio 'La raza pedresa', imprescindible para el conocimiento de esta gallina autóctona; es el año en que muestra su interés por la fiesta brava y el toro de lidia, tema al que añadiría otros dos artículos al año siguiente. La arqueología y la prehistoria se unen como temas nuevos con su coautoría de la 'Memoria de excavaciones de El Castellar' (1963), siendo probablemente autor del capítulo sobre las actividades agropecuarias; su 'Estudio zootécnico de las pinturas rupestres en la Región Cantábrica' plantea el estudio de las representaciones rupestres desde la óptica veterinaria y 'Análisis paleontológico de la fauna terrestre y marina de la cueva de La Chora' era su estreno en el estudio de la fauna malacológica prehistórica, que repetiría sobre otros yacimientos. Sus investigaciones sobre ostricultura comienzan a publicarse en 1963 y culminarían con 'La ostricultura en España. Ensayos de repoblación ostrícola en la provincia de Santander' (1969). Incide en exponer cómo plantean los temas ganaderos el cine (1963) o los cantos y romances infantiles (1964). Su libro 'El toro de lidia' (1966) resulta «una aportación seria y fundamental»; y este año expone su opinión sobre 'La agresividad del gallo de pelea'. En 1967 presenta 'El Género Patella en la bahía de Santander: características biológicas y bromatológicas' con la que obtuvo la calificación de sobresaliente cum laude en el examen para el grado de Doctor en Veterinaria; exponía un notable problema de salud pública en las lapas producto de los vertidos fecales existentes. Dedica un artículo a 'La raza monchina' (1967), preludio de los que dedicará a las razas ganaderas de la región. Continuará con el análisis del veterinario, ya esbozado, sobre 'Las pinturas rupestres de animales en la región Franco-Cantábrica. Notas para su estudio e identificación' (1969), hasta llegar a 'Vida y muerte en la cueva de Altamira (Cantabria). Estudio interpretativo de los bisontes del techo de la cueva' (2010) y 'Consideraciones sobre los signos en el arte prehistórico de las cuevas de la región cantábrica' (2014).

Desde 1967 efectuaba entrevistas a personas relacionadas con la veterinaria, incluido Félix Rodríguez de la Fuente. Codirigió la publicación 'Semblanzas Veterinarias' (1973), conjunto de biografías sobre veterinarios, donde destacamos la de Rafael Pérez del Álamo, a quien dedicaría un capítulo en 'Páginas Galdosianas' (2001 y 2011). Fue miembro correspondiente de la Real Academia de Doctores de España, Vicepresidente fundador 3º de la [Real] Academia de Ciencias Médicas de Cantabria (1980) y Académico correspondiente en la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España (1991). Se inscribió en el Colegio Oficial Veterinario de Santander (1954), del que sería bibliotecario (1962-1963). Le nombraron Colegiado de Honor (1996), le otorgaron la Insignia de Oro (2012) y le homenajearon repetidamente.