Mi boletín

No es de extrañar entonces que haya cobrado un especial interés el Boletín, sobre todo cada vez que alguien de este Gobierno anuncia que algún día -tampoco es cuestión de decir la fecha exacta no vaya a ser que le quitemos misterio al asunto- se publicará la enésima modificación de las medidas sanitarias de obligado cumplimiento. Así que lo del pasado 2 de marzo rozó el esperpento. Después de casi dos semanas dando pistas explícitas e implícitas sobre la reapertura de los interiores de la hostelería, después de mucho estudio-analizo-reflexiono-medito y después de que ningún miembro del Gobierno fuera capaz de aclarar cuándo podrían reabrir, nos enteramos finalmente a media tarde de sus planes a través del Boletín Oficial. Nueve páginas en las que el todopoderoso consejero del área explicaba los cambios que ahora ya todos sabemos. Sería de agradecer que en la próxima modificación, la decimosexta, bajara el nivel de intriga no vaya a ser que en una de esas colapse el Boletín de tanta expectación. Y a ser posible sin sorpresas. A ver si después de tanto estudiar-analizar-reflexionar-meditar sobre la Semana Santa, ahora que al parecer han apostado -veremos si se concreta en el Consejo Interterritorial- por mantener el cierre perimetral, cambian de opinión y nos acabamos enterando a última hora a través del Boletín.