Boletines cachondos

Otra corrección 'cachonda' es la resolución del Ministerio para la Transición Ecológica que adjudicó un concurso público a un tal Digo que no se llamaba de tal guisa, con lo que la corrección de los datos quedó que ni pintada: «Donde dice Digo, debe decir Diego», señaló el BOE, elevando el refranero a la categoría de texto legal.

También se tiene constancia del nombramiento de un juez con la firma del presidente del Consejo General del 'Joder' Judicial, que para más jodienda también recibiría la denominación de 'Conejo' General del Poder Judicial, sin saber de qué chistera pudo salir el maldito roedor, aunque Pablo Neruda ya nos dio pistas cuando aseguraba que las erratas son difíciles de descubrir, mientras que lo que él llamaba «erratones», «no disimulan sus dientes de roedores furiosos».

Claro que reírse de las erratas es mal asunto para escritores y periodistas porque se nos puede escapar alguna. Ya lo reconocía el dramaturgo Alfonso Sastre: «Tontos del culo todos parecemos/ ante el culto lector que nos maldice:/ Este escritor no sabe lo que dice,/ y nos trata de gilis o de memos». Así que perdón, por si las moscas.