Las buenas noticias se crean, no se inventan
LA TIERRA DORMIDA ·
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LA TIERRA DORMIDA ·
Las genialidades, si no van pegadas al trabajo y al esfuerzo, solo crean sobrantesSe puede dar por bueno que el único camino para recibir buenas noticias es hacer buenas noticias. Argumento tan básico es, a veces, de difícil ... comprensión para quienes muestran cierta alergia a ser contradichos en sus opiniones o censurados por sus hechos. Frecuentemente, se sentencia a los medios de comunicación por querencia a dar malas noticias, soñando los políticos -también en esto- lo fácil y reconfortante que sería un país imaginario, la 'Arcadia' ideada por Sannazaro o por Góngora en sus 'Soledades', anhelando una ciudad utópica, imperio de felicidad, una comuna paradisiaca relatada por escribientes, testigos de ese mundo feliz. Pero no, la felicidad ni se inventa ni se regala. Posiblemente la Carta Magna norteamericana sea la única que recoge el derecho de sus ciudadanos a ser felices, pero Benjamín Franklin les advirtió de que la Constitución no la garantiza, sino que son los ciudadanos quienes deben esforzarse para alcanzarla. La realidad de la vida, es lo que es, y pensar que los informadores puedan llegar a ser voceros solo de buenas nuevas, además de ser un idea ridícula, estaría llamada al fracaso. En efecto, para poder rebotar buenas noticias, hay que crearlas, y para llevar bienestar a los ciudadanos -como en casi todo en la vida- hay que aplicar sabiduría, que no es otra cosa que prescindir de lo superfluo y promover la creatividad -simplemente, no copiar- porque cada comunidad tiene sus problemas específicos y a ellos hay que darles soluciones no generalistas. Como en casi todo, las genialidades, si no van pegadas al trabajo y al esfuerzo, solo crean sobrantes, y quien cultiva lo innecesario pone en riesgo la supervivencia. A la larga, trabajar en lo imprescindible es más rentable, aunque conlleve un trabajo silente y discreto, enemigo de la notoriedad, pero que, seguro, contribuirá a alcanzar el bienestar. Por ello, dos decisiones adoptadas por el equipo de gobierno municipal pueden ser el marcapasos que impida que se paralice el corazón económico de esta ciudad. La propuesta de ayudar a los profesionales para que puedan trasladar sus negocios de los entresuelos a bajos comerciales, no sólo les hará visibles sino que aliviará la deprimente contemplación de espacios vacíos con envejecidos cartelones que testifican la decadencia. Lo mismo ocurriría si se potencia convertir las entreplantas en viviendas, porque rejuvenecería el centro urbano. Promover, como lo están haciendo, el tercer aparcamiento subterráneo -junto a la plaza del Grano- abrirá las puertas de la ciudad y la vivificará. Decisiones sin luces de colores que despabilarán esta ciudad dormida, aunque no sea de inmediato. Tendemos a la complacencia inmediata -que despista de lo realmente importante- y eso suele pagarse caro. Si se identifican las metas, si se tienen las cosas claras, tomar decisiones es más fácil y efectivo.
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Ana del Castillo
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