Secciones
Servicios
Destacamos
Como la caja de Pandora, también la caja roja contiene un regalo de los dioses, aunque sin mala leche (precisamente la mala leche es ... lo que nunca tendrá). Porque Quetzalcoatl, el dios que regaló el árbol del cacao a los aztecas, no era tan soberbio como Zeus, ni estaba tan enfadado cuando hizo el regalo. Eso sí, cuando alguien destapa una caja roja parece que lo hace para torturar al prójimo ametrallando la voluntad de domesticar el sobrepeso que nos amenaza. Un suplicio hermoso y divino eso del chocolate («alimento de dioses»), pero suplicio, al fin y al cabo.
Dicen que después de que los aztecas se lo ofrecieran a Hernán Cortés, que los religiosos lo introdujeran en España y que la vallisoletana Ana de Austria, madre de Luis XIV, lo llevara a Francia, el pastelero del rey Sol preparó unas delicias de pequeños pedazos de fruta bañados en chocolate que hicieron exclamar al monarca aquello del «¡bon, bon!» («bueno, bueno»), dando nombre al bocado más exquisito. Y lo que son las cosas, aunque tienen nombres afrancesados (Amande, Délice, Cuore, Coquille...), los bombones de la caja roja son tan nuestros como las anchoas de Santoña, los sobaos pasiegos, o los hojaldres de Torrelavega, porque se hacen en Cantabria, en una fábrica centenaria y ejemplar.
Me dice mi amigo Roberto, que trabaja en La Penilla, que se fabrican allí 1,6 millones de bombones al día en cada turno, y que puede haber hasta tres turnos, con lo que el bombardeo puede alcanzar los 4,8 millones diarios de efímeros instantes de felicidad.
Ya se sabe que cuando Pandora abrió la caja se escaparon todos los males de este mundo, pero cuando abrimos la caja roja se destapan las tentaciones más irresistibles del paladar, aunque dudo si para compensar tanto desbarajuste de Pandora o para agravarlo con el vicio de la gula.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.