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La campana sin badajo, don sin din y el Mupac

Causa asombro que una región escéptica y engañada acoja con alborozo una simple infografía

Viernes, 3 de julio 2020, 07:08

Madre, yo al oro me humillo, / él es mi amante y mi amado, / pues de puro enamorado/ anda continuo amarillo». Así comienza 'Poderoso caballero es don Dinero', un poema de Quevedo, a quien se atribuye también la frase «don sin din, campana sin badajo» o « ... don sin din, cojones en latín», a elegir. No es extraño que a don Francisco, oriundo del pueblo cántabro de Vejorís, en Santiurde de Toranzo, le cuelguen toda clase de sambenitos mordaces, satíricos, hirientes o burlescos, apócrifos la mayoría, porque el autor de 'Gracias y desgracias del ojo del culo' llamaba a Góngora «apenas hombre» y dejó escrito que «negra es la ventura de aquel casado cuya novia es negra y el dote en blanco». Borges dijo de Quevedo -misógino, contrahecho, pendenciero y putero, aunque poeta inmortal- que «todas las voces del castellano son suyas».

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