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Madre, yo al oro me humillo, / él es mi amante y mi amado, / pues de puro enamorado/ anda continuo amarillo». Así comienza 'Poderoso caballero es don Dinero', un poema de Quevedo, a quien se atribuye también la frase «don sin din, campana sin badajo» o « ... don sin din, cojones en latín», a elegir. No es extraño que a don Francisco, oriundo del pueblo cántabro de Vejorís, en Santiurde de Toranzo, le cuelguen toda clase de sambenitos mordaces, satíricos, hirientes o burlescos, apócrifos la mayoría, porque el autor de 'Gracias y desgracias del ojo del culo' llamaba a Góngora «apenas hombre» y dejó escrito que «negra es la ventura de aquel casado cuya novia es negra y el dote en blanco». Borges dijo de Quevedo -misógino, contrahecho, pendenciero y putero, aunque poeta inmortal- que «todas las voces del castellano son suyas».
El Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (Mupac) es el don sin din, el latinajo o la campana sin badajo. Por ello, causa asombro que en una tierra escéptica y de vuelta, golpeada por decepciones, engaños y desaires pasados y presentes, se acoja con alborozo una simple infografía. Ningún proyecto avanza sin dinero, no lo hay ni se le espera, y menos aún en tiempo de pandemia, con la economía destrozada, un Gobierno regional débil y el central a la contra. Sin embargo, recibimos el dibujo de un concurso como si lo siguiente fuera la colocación de la primera piedra. Si alguna vez se construye, el Mupac será, sin duda, un hito fundamental para una comunidad que cuenta con uno de los primeros patrimonios prehistóricos del mundo y no sabe ponerlo en valor. Pero el optimismo se aproxima a cero.
En ese mismo solar de Puertochico, en el que hubo dos populares cines de barrio, un garaje y el edificio de la Diputación Provincial donde se gestó la autonomía, fracasó otro gran proyecto, el del arquitecto Rafael Moneo. Tras el despilfarro de millones de euros, y dos décadas después, un aparcamiento al aire libre sustituye a la sede nonata del Gobierno de Cantabria. La situación económica actual es peor que la de 2008, mas si se intenta seriamente concretar la creación de un centro museístico dominante sobre la Prehistoria, nuestra principal fortaleza y rasgo diferencial, búsquese financiación pública y patrocinio privado o sáquese el dinero de debajo de las piedras. Será entonces, y solo entonces, cuando tenga sentido que la Consejería de Cultura monte una nueva parafernalia propagandística. La historia de las infografías coloristas sin un duro detrás es vieja y la conocemos bien.
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