Campaña para el optimismo
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ANÁLISIS ·
El Gobierno Revilla intenta transmitir un mensaje reconfortante sobre la recuperación de la crisis en la segunda mitad de la legislaturaResistir en 2021, remontar en 2022, ganar en 2023. Entre los negros nubarrones de la pandemia, el Gobierno que preside Miguel Ángel Revilla emite un ... discurso que pretende reconfortar a los ciudadanos con una luz optimista que alumbre el camino de Cantabria hacia la superación de la crisis en la segunda mitad de la legislatura, al calor del dinero que llegue del Estado y de Europa, para poder afrontar las elecciones con el viento a favor. El combate contra el virus no excluye la batalla por el poder.
Lo primero, claro, es aguantar el tirón de una pandemia sanitaria sin fecha de caducidad por el momento y que amenaza con un grave deterioro económico. Aspiran en el Gobierno a eso que dice Revilla cuando vienen mal dadas, que al menos Cantabria mantenga unas cifras de paro y unos indicadores económicos algo mejores que la media nacional. Veremos.
El Gobierno trabaja en dos frentes: en los Presupuestos 2021, pendientes de las grandes cifras que aporte el Estado (ingresos, gastos, capacidad de endeudamiento) y en la redacción de los proyectos que aspiran a contar con financiación europea. En las cuentas regionales tocará apretarse el cinturón, salvo en los capítulos más básicos, como ya ha anticipado el presidente. Hay una buena predisposición de los grupos opositores a consensuar las cuentas en la medida de lo posible, pero como ya advierte el PP, no será 'gratis et amore'. En la coalición, como siempre, hay planteamientos diversos. Los regionalistas están predispuestos a aceptar las aportaciones presupuestarias de la oposición porque eso supondría un menor desgaste en el debate político. Los socialistas creen, sin embargo, que la holgada mayoría parlamentaria del Gobierno de coalición, 21 de 35 escaños, basta y sobra para marcar el rumbo del Ejecutivo en estos tiempos críticos.
El año clave será el 2022, cuando ya esté clara la cuota que Cantabria se lleve de los Presupuestos del Estado y de los fondos de la Unión Europea. Revilla adivina para entonces una región libre del virus merced a una vacuna eficaz y un paisaje económico estimulante, como dijo en el Foro Económico de El Diario en un mensaje claramente dirigido a insuflar optimismo en la sociedad cántabra. La imagen que se persigue es la de cientos de operarios trabajando ya en la 'fincona' del Llano de La Pasiega y muchas empresas implicadas en el desarrollo del centro logístico que crearán miles de puestos de trabajo. En el Gobierno calculan que pueden obtener del Estado y/o de Europa 150 de los 250 millones que cuesta el proyecto, pero, si no hay suficiente financiación externa, se acometerá con recursos propios. Este es un cambio interesante, aunque tardío, en la política gubernamental, hasta ahora siempre limitada a esperar el 'maná' estatal para las grandes infraestructuras.
El Gobierno espera avances en las conexiones ferroviarias con Madrid y Bilbao, y dinero para un complejo biosanitario en el Pctcan o en la Residencia Cantabria, para el nuevo Mupac, para impulsar la industria agroalimentaria, para recuperar el túnel de La Engaña... En esa visión optimista post-crisis se incluye el acelerón de la energía eólica y la potencia de Cantabria como destino turístico y residencial que se ha verificado en este verano de la pandemia. Tanto como para imaginar que en esta época del teletrabajo la región puede atraer profesionales y actividad económica mediante la expansión de la fibra óptica y hasta con beneficios fiscales si ello fuera posible.
En fin, no faltan las ideas ni el optimismo para el año preelectoral de 2022, sólo falta que la realidad pandémica no arruine los buenos propósitos y las expectativas de cada cual. En el Gobierno, el regionalismo está deseando demostrar que su permanente reivindicación al Estado tiene por fin éxito. En el PSOE tendrán que dar por bueno lo que conceda Sánchez, sumo sacerdote en el reparto del dinero del Estado y de Europa.
Todavía queda mucho para la cita con las urnas de mayo de 2023, pero no faltan las cábalas. La mayoría de los partidos -PP, PSOE, Ciudadanos, Vox- deberán someterse en un momento u otro a procesos internos que decidirán los carteles electorales. En el PRC, sin embargo, todo se reduce al parte médico de Revilla, del que están también pendientes sus adversarios desde hace lustros. Con 80 años en 2023, casi dos menos de los que tenía Fraga cuando concurrió por última vez a los comicios gallegos en 2005, los regionalistas lo tienen tan claro que hasta hacen bromas: 'Si los riñones le aguantan bien y el virus no ha podido con él, qué problemas va a haber para que sea otra vez el candidato'.
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