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«Campanitas que vais repicando»

Javier Rodríguez

Santander

Martes, 20 de diciembre 2022, 07:23

Activa la Navidad recuerdos de ausencias y hábitos entrañables, generando como consecuencia un radical contraste en el delicado territorio del ánimo. Por fortuna, algunos símbolos que siempre la caracterizaron se mantienen al socaire de la modernidad, de ordinario asoladora. Aún evoca, sí, el nacimiento de ... las figuritas de barro. Y el árbol repleto de espumillón y bolas. Y las lucecitas de colores. Y el bullicio en la compra de regalos. Y las castañas asadas en la máquina del tren urbano. Y los polvorones. Y el turrón. Y el mazapán. Y las bellísimas tarjetas de Juan Ferrándiz enviadas por Correo. Y las tarjetitas para pedir el aguinaldo (texto de una: «Con santo anhelo, / las fiestas yo os felicito. / Y si me dais un poquito / de vuestra dicha y ventura, / una alegría muy pura / llenará mi alma de amor. / Y agradecido y contento / queda vuestro servidor»). Y las comilonas. Y los villancicos. Y las composiciones melódicas, con el añorado Antonio Machín interpretando desde la radio la emotiva letra de Leopoldo González: «Campanitas que vais repicando, / Navidad vais alegre cantando. / Y a mi llegan los dulces recuerdos / del hogar bendito donde me crié. / Y aquella viejita que tanto adoré: / mi madre del alma, que no olvidaré». Y la tradicional Lotería. Y las sonrisas entre amigos. Y el tele-reloj madrileño de la Puerta del Sol dando las campanadas. Y las uvas amontonadas en la boca. Y los besos y abrazos. Y los brindis con cava. Y los buenos propósitos que no se cumplirán. Y muchísimas cosas más de huella indeleble en la memoria. El etcétera es casi infinito.

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