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El paso de la vuelta ciclista a España por Cantabria ha dejado, además de la emoción del deporte en vivo, un álbum de imágenes de ... gran belleza. El helicóptero de RTVE ha llevado a los hogares de toda España los paisajes de nuestra tierra: playas de arena blanca y limpia, montañas escarpadas, valles con todos tonos de verde posibles, los ríos con agua abundante... un verdadero catálogo de los alicientes naturales de esta comunidad.
El publireportaje del paso de los ciclistas ha sido excelente. Quienes aun no conozcan Cantabria han podido asomarse a su encanto desde el helicóptero de la vuelta ciclista a España. Entre las auténticas postales emitidas por RTVE se intercaló, de manera fugaz pero no por ello menos impactante, una toma en la que la cámara se fijó en un jardín de una vivienda unifamiliar. Escrita con una cuidada vegetación se podía leer con claridad la frase 'Cantabria finita'.
Es posible que para los responsables de emitir en directo la marcha de los ciclistas la frase no tuviera especial significado. Para quienes hemos escuchado y leído durante años el eslogan 'Cantabria infinita', con el que los diferentes gobiernos han promocionado y siguen haciéndolo nuestra región, lo escrito con arbustos por un ciudadano de Cantabria es una enmienda a la totalidad. Un ejemplo de la infinita, si infinita, capacidad creativa de las personas.
Utilizar la palabra finita para describir Cantabria no se atiene estrictamente a la realidad. Finita debemos entenderla como muerta, como un ser que vivió y llega a su final. Finita no es más que la forma completa de utilizar el vocablo fin que aparece en el cine cuando una película concluye. Cuando algo termina. En ese sentido Cantabria no está finita, ya que una comunidad autónoma no puede morir, porque no deja de ser un ente jurídico, sin fecha de caducidad.
Sin ser, por tanto, una expresión a aceptar de manera literal, si es una lección de la que se deben extraer conclusiones. Un cántabro, él solo, ha sido capaz de diluir un eslogan producto de un equipo de doctos creativos publicitarios y de situar un espejo frente a los cántabros. ¿Está Cantabria en un periodo de decadencia? ¿Ha entrado nuestra región en un proceso de desaceleración que nos aleja de los lugares punteros ocupados durante el siglo XX? ¿Hemos perdido el empuje de tiempos pasados? ¿El tren del progreso pasa de largo frente a nosotros?
La respuesta a estos interrogantes no es sencilla. Se puede decir, con la verdad en la boca, que hoy se vive mejor que nunca. Nunca hubo tanta esperanza de vida, ni un sistema educativo o sanitario más universal y eficiente. Los ejemplos de evolución positiva son incontables. El problema aparece cuando comparamos nuestras cotas de desarrollo con las del resto de España. Es ahí donde se aprecian los síntomas de decadencia de una tierra que hace medio siglo estaba entre las provincias más ricas del país.
Las pruebas de la pérdida de empuje aparecen se mire por donde se mire. En la tabla de la renta per cápita, quizás el mejor indicador, Cantabria ha descendido más de quince puestos desde la década de los años setenta, la carencia de inversiones en infraestructuras es evidente y el turismo, un elemento que debería ser uno más en la composición de nuestro PIB, ha pasado a ser el centro de todas las miradas.
Si estudiamos los últimos datos no aparecen 'brotes verdes'. El gasto de los cántabros ha descendido hasta situarse un 5,8% por debajo de la media nacional. La matriculación de vehículos, una manera de apreciar el dinamismo de nuestras familias y empresas, arroja un saldo desolador en los ocho primeros meses de este año: mientras que la media española indica que la venta de coches subió un 12%, en nuestra comunidad no solamente no se incrementó respecto al año pasado, sino que descendió un 6,5%.
Los datos deben inducir a una reflexión a fondo de cual es la estrategia para el futuro inmediato. Para ello es necesario que se reúnan representantes de los partidos políticos, expertos en economía, actores sociales, etc. y diseñar los elementos clave de la reactivación de la economía regional. Lo que no parece lógico es mantener el inmovilismo ante la marea de datos negativos o mantener la inercia de los últimos lustros como si nada sucediera. Claro que es posible que la visión fugaz de la frase floral 'Cantabria finita' sea falsa, quizás tan solo una ensoñación, un recuerdo tergiversado de una tarde a la hora de la siesta y por ello no precise de mayor atención.
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