Cantabria, finita y saturada

A mayor abundamiento, dos noticias de anteayer mismo en este periódico: el comercio celebra un verano «excelente», y los puertos deportivos de la región tienen una lista de más de 300 usuarios a la espera de un atraque. Unos días antes hemos leído que «Cantabria será la región que ganará más turistas por el cambio climático». Y también que «Cantabria está de moda».

¿Muy buenas noticias para la economía de la región? Quizá sí, pero no tanto para los cántabros. Porque esta región nuestra, que no es infinita, sino finita, pequeña y frágil en su atractivo más preciado, el paisaje, no puede aguantarlo todo. Estamos rozando la saturación, si no la hemos superado, y determinados espacios naturales ofrecen señales palpables de un deterioro que puede llegar a ser irreversible. Tampoco los habitantes, los que pasamos aquí todo el año, podemos soportarlo todo. En algunas ciudades el turismo masivo es ya un grave problema para sus vecinos. El turismo está expulsando a los locales. Aumentan los precios de la vivienda, de los alquileres, de la hostelería, del comercio… y los turistas se van, pero los precios se quedan.