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Este es un verano en el que todos deseamos un respiro tras las duras semanas que hemos vivido por el covid-19. Sin embargo, la ... realidad no nos permite bajar la guardia. Ni la sanitaria, por la proliferación de rebrotes, ni la económica, pues el roto causado por el confinamiento y la drástica reducción del mercado global es de dimensiones tales que solo los que vivieron una guerra y una dura posguerra han conocido. En esta ocasión tenemos algunas ventajas: somos socios de la Unión Europea, lo que nos proporciona estabilidad y recursos para planificar, con la debida confianza, la recuperación.
Desde marzo, el Partido Popular de Cantabria viene siendo constructivo y dialogante con el Gobierno de Revilla. Hemos contribuido a pacificar la esfera pública y a dotar de contenido al Plan Choque del Ejecutivo regional, al tiempo que no hemos dejado de advertirle de que su decisión de aliarse otra vez con el PSOE no le estaba dando ningún beneficio a Cantabria, sino todo lo contrario.
Con una coalición con mayoría absoluta, la región volvió a crecer en 2019 por debajo de la media española y los indicadores empezaron a señalar un enfriamiento de la economía notorio ya antes del coronavirus. El desgobierno implantado por Pedro Sánchez y la pachorra de un Gobierno regional que pensaba pasar una legislatura-balneario empezaban a causar mella en la economía y el mercado laboral. Ahora el virus no ha hecho sino agravar extraordinariamente lo que ya era una mala evolución de nuestra comunidad, porque la apuesta del PRC por el PSOE es ruinosa para Cantabria.
Nosotros no tenemos ningún problema en hablar en serio con el PRC sobre la recuperación de Cantabria: garantizar estabilidad, pactar los contenidos de legislatura y cambiar el rumbo de la Comunidad, pero de ningún modo vamos a hacernos cómplices de la sumisión regionalista a Pedro Sánchez ni del desgobierno del vicepresidente Zuloaga y los suyos.
No seremos avalistas del PSOE y sus políticas en contra de Cantabria. Si Revilla quiere seguir del brazo de los socialistas, es su responsabilidad y tendrá que dar cuenta a los votantes en su momento. La mía es ofrecer nuestras soluciones y denunciar que Cantabria está indefensa con un presidente cuya hoja de resultados no puede ser más pobre y que es incapaz de reaccionar frente a los ataques del Gobierno de Sánchez. Lo vimos en la conferencia de Presidentes donde, en lugar de poner pie en pared, asumía la posibilidad de que Cantabria volviera a salir escaldada, esta vez, del reparto de las ayudas del fondo europeo de reconstrucción.
Cantabria está en un momento crucial en el que está en juego su recuperación y no puede conformarse con un euro menos de lo que le corresponde, pero el nuevo sistema de reparto por proyectos exige iniciativa, corresponsabilidad y un trabajo que nuestra autonomía no ha hecho, porque sigue sin plan de recuperación. La pasividad y la inacción de Revilla y su Gobierno, es la razón por la que Europa nos ha sorprendido en pañales y con los deberes sin hacer.
Nosotros no hemos dejado de reclamarlo: trabajemos en el Plan de Recuperación mientras llegan los fondos estatales y europeos. Primero el plan, después los fondos y el presupuesto. De hecho, en el debate del estado de la región le hice una oferta muy concreta al Presidente: acordar un Plan de Recuperación y las directrices presupuestarias de la legislatura a cambio del apoyo del Partido Popular a los presupuestos.
Esa sigue siendo nuestra postura hoy. Primero, un plan que responda a nuestras necesidades y defina las prioridades y, después colgando de él, todo lo demás: proyectos, acciones y presupuestos, porque sin rumbo y sin modelo será muy difícil acertar en los proyectos del fondo europeo. Es más, yo diría que el fracaso está asegurado.
El Gobierno de Revilla está dejando pasar los meses confiado en el blindaje de su mayoría absoluta, pero nada le blindará del enfado de los cántabros cuando vean que la recuperación de la comunidad no es la famosa 'V', sino una 'L'.
El máximo responsable es el PRC, que es quien ha elegido dar oxígeno cada día a un PSOE que perjudica a Cantabria. Me cuesta creer que el interés partidista vaya a prevalecer sobre el sufrimiento de miles de cántabros. Pero eso lo vamos a ver en los próximos meses.
En el Parlamento hay números para proyectos diferentes. El PRC justificó el del PSOE alegando que era bueno para Cantabria. No lo es cuando de Madrid viene una bofetada tras otra y cuando el Gobierno de Cantabria funciona peor que mal, con una parte diciendo lo contrario de la otra. El PP será constructivo pero, para eso, no se puede pedir nuestro aplauso ni nuestro voto. Para otra cosa, sí.
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