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He hablado estos días con algunos ganaderos de Cantabria. Llevan años viviendo al límite, cobrando muy poco por cada litro de leche, mientras suben la electricidad y el gasóleo, esenciales para su trabajo y transporte. Pueden imaginarse la gracia que les hace ver al ... presidente de su Comunidad pontificando sobre todo tipo de asuntos en una televisión nacional.
Tengo muchos amigos en la hostelería, que me ponen al día de los problemas reales. No solo los propios, sino también los que comparten los clientes de estos locales. Imaginen la cara que ponen cada vez que aparece en televisión el tertuliano que tenemos por presidente.
Si algo ha demostrado el Gobierno regional es su incapacidad para resolver los problemas de una Comunidad con una de las tasas de desempleo juvenil más altas de Europa. Más allá de esta carencia, lo grave es que no hay ninguna determinación política por afrontarlo. El único recurso es tratar de maquillar la realidad a través de la televisión. Unas cuantas bromas, un par de comentarios en plan «yo ya lo sabía» y despejar culpas hacia fuera componen le guión habitual.
Llevamos demasiados años con un presidente virtual en Cantabria. No hay respuestas a los ganaderos, a los pequeños empresarios, a los comerciantes. Tampoco a los jóvenes, que volverán estos días desde todos los puntos de España y del extranjero para pasar las fiestas en familia. Eso sí, en la realidad virtual todo parece sencillo y claro.
Dedicarse al entretenimiento en el mundo virtual es algo lícito. Hacerlo mientras eres presidente de una Comunidad que no ofrece oportunidades a los jóvenes y donde muchos autónomos y pequeños empresarios viven al límite, es insultante. Para salir en pantalla siempre hay tiempo, para hablar con ganaderos o comerciantes no queda espacio en la agenda.
Cantabria necesita un presidente real, que se atreva a salir a la calle y dar la cara por su gente, que impulse nuevos proyectos, atento a las nuevas tecnologías. Esconderse detrás de la pequeña pantalla no soluciona nada. El mundo virtual no cambia la realidad, por mucha pasión con que se interprete el papel.
Este país se mueve a distintas velocidades. Pese al freno que produce un gobierno nacional social comunista, hay Comunidades que salen adelante, que atraen inversiones y crean empleo. Cuentan con estrategias claras y con líderes que garantizan crecimiento y bienestar en el mundo real. La realidad virtual, las ocurrencias de tertulia, quedan para otros. Por desgracia.
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