Cantabria: Unidad, liderazgo y colaboración
LA CUARTA ·
La situación es dramática y los empresarios de Cantabria no podemos quedarnos impasibles ni callados ante una situación tan graveSecciones
Servicios
Destacamos
LA CUARTA ·
La situación es dramática y los empresarios de Cantabria no podemos quedarnos impasibles ni callados ante una situación tan graveLa imagen del pasado jueves en Santander, la de los aplausos ciudadanos al paso de la caravana de camioneros y transportistas en huelga, nos debería hacer reflexionar sobre la realidad que estamos viviendo en Cantabria en los últimos meses. Visto desde fuera resulta inaudito ... que la población -que está sufriendo las consecuencias en forma de incomodidades y desabastecimiento- aplauda al paso de los que, supuestamente, están causando esos problemas. Es paradójico, pero tiene su explicación en el hartazgo de los ciudadanos de a pie que no logran comprender cómo nadie está al mando de la situación para llegar a tiempo de evitar los problemas. Nadie toma medidas, nadie asume responsabilidades. Nadie afronta las consecuencias de esta inacción. ¡Es que llevamos dos semanas y no está resuelto el problema!
Los ciudadanos estamos exhaustos después de dos años de miedo y lucha y ya aguantamos pocas tonterías más. Los problemas son reales, la crisis es real y la subida de las facturas de la energía y la cesta de la compra son reales. Y mientras tanto, buena parte de nuestros dirigentes políticos están en una realidad virtual recreándose en asuntos que ahora no tienen la más mínima importancia, que son de puro postureo y que sólo sirven para esa especie de esgrima político que es vistoso para los medios, pero que no tiene ni consistencia ni valor en el mundo real.
¿Saben estos señores políticos lo que es un mercado? ¿Saben lo que es la competencia? La huelga del transporte ha supuesto un golpe en la línea de flotación de muchas compañías, pero esto solo es su efecto inmediato. Ahora queda lo más complicado: lo primero, recuperar a unos proveedores a los que hemos tenido que dejar de comprar, y que quizás ahora no nos quieren o no nos pueden vender el mismo producto o la misma cantidad. Lo segundo y más importante tal vez: necesitamos recuperar a los clientes a los que no hemos podido servir y que quizás ya no estén con nosotros; bien porque han perdido la confianza, bien porque han encontrado otro proveedor durante este mes tan convulso. La inacción y el retraso en la toma de decisiones tiene consecuencias en la vida real de las empresas. ¿Saben ustedes lo difícil que es conseguir un cliente y lo fácil que es perderlo? Que van a saber ustedes, eso lo saben los que se juegan su patrimonio día a día, los que, al fin y al cabo, apuestan su dinero para beneficio de la economía de Cantabria.
Las empresas hemos llegado a este momento con los ritmos vitales bajo mínimos. La deseada y prometida recuperación económica se está retrasando y el contexto de este primer trimestre es muy preocupante. La escasez y la incertidumbre han incrementado los precios de las materas primas energéticas y los costes de producción, lo que está llevando la inflación a máximos históricos. Cantabria, por su configuración económica, es el modelo perfecto de impacto de esta crisis. El conflicto del transporte va a ralentizar aún más la recuperación. A esto hay que sumar los efectos de la sexta ola, que aún sigue entre nosotros, y la gran incertidumbre que provoca la invasión de Ucrania.
La situación es dramática, el panorama que se avecina es dantesco y los empresarios de Cantabria, que amamos nuestra tierra y deseamos su prosperidad, no podemos quedarnos impasibles ni callados ante una situación tan grave y que genera tanta impotencia. En este tiempo hemos sentido el abandono, la indiferencia y el silencio a nuestras propuestas y ofrecimientos. ¿Cuál es la razón? ¿Que justifica no tomar decisiones o tomarlas sin conocer, sin preguntar, sin escuchar? Llevamos tres años ofreciendo nuestra ayuda al Gobierno regional para tomar decisiones, para afrontar los problemas y para acertar.
Gobernar es decidir; pero también es escuchar y dejarse aconsejar por los que saben, anticiparse a los problemas y prever sus consecuencias. Es lo que hacemos en las familias y lo que practicamos en las empresas. ¿Por qué no siguen esta misma lógica nuestros políticos? ¿Qué le pasa a la política de hoy en día? Si es que llueve sobre mojado. Hay cuestiones que se podrían haber resuelto, si o si, cuando terminara la crisis sanitaria y pudiésemos salir como tiros, y no ha habido manera. Seguimos diciendo que hay que agilizar y simplificar la burocracia, evitar el pesebrismo social, incentivar la formación adecuada para cubrir los perfiles que demandan las empresas, fomentar la digitalización como una forma de evitar el abandono del mundo rural, promover una fiscalidad no incautatoria, sino incentivadora, etc.
He repetido estos días que las empresas vivimos una situación insostenible, desde mi punto de vista mucho peor que durante la pandemia. El futuro de lo que queremos que sea Cantabria en los próximos diez años se juega en las decisiones que tomemos hoy. Los empresarios tenemos el conocimiento y la experiencia de la vida real y queremos arrimar el hombro: ¡señores políticos, sean valientes y déjense ayudar!
Estoy convencido del papel absolutamente imprescindible que tienen los empresarios en el futuro de Cantabria. No somos la oposición, no somos el enemigo. Somos la voz de la sociedad civil y los que de verdad permiten el desarrollo y el crecimiento de Cantabria: los que pagan impuestos, los que crean riqueza, los que dan empleo. Pero en este camino no podemos estar solos, los poderes públicos tienen el deber de crear las condiciones para que las empresas puedan desarrollar su actividad.
Ahora, en esta situación tan extraordinaria por la que estamos atravesando, lo que pedimos a nuestros dirigentes son medidas excepcionales, transitorias, puntuales, quirúrgicas que permitan frenar la hemorragia que en forma de precios energéticos está desangrando nuestro tejido empresarial. ¿Qué pedimos? 1. Exención de todas aquellas tasas o impuestos a la actividad empresarial que estén en manos del gobierno regional durante este año 2022. 2. Un estudio urgente que plantee ponernos al mismo nivel impositivo que comunidades como Madrid o Andalucía en aquellos aspectos que sean aplicables y nos beneficien como comunidad. 3. La reforma de la administración pública regional.
Ahora más que nunca necesitamos una clase política que de verdad nos represente y nos defienda con tenacidad y contundencia más allá de colores políticos o tenencias ideológicas porque jugamos en el mismo equipo. Cantabria tiene una sola bandera y un solo color que es el de su futuro. Necesitamos más unidad, más reivindicación y un mayor peso específico a través de la gestión y la eficacia de la acción política. Hay que recuperar el terreno perdido por la inacción o el conformismo. De verdad, vale la pena.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.