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Es hoya grande o zanja que suelen hacer las avenidas impetuosas de agua en la tierra, o la que se hace a propósito en el campo para echar los cuerpos muertos de los hombres o animales, cuando por ser muchos se teme que inficionen el ... agua, si no se entierran. 'Autoridades' señala que Covarrubias trae su etimología de car sincopado de carne, y cava, que significa hoyo. En definitiva, un pudridero. Como el que de la noche a la mañana se formó en la ciudad de Santander, frente al edificio de la Aduana (hoy, Hacienda), a medida que con carretas tiradas por bueyes se iba robando espacio al mar para llevar la calle hasta donde actualmente anda pinado el Centro Botín. Entremedias, floreció un enorme espacio vacío, una oquedad, una cárcava, que llevaba tantos detritus, agua aflorada, agua de lluvia, agua estanca y malas aguas que llegó a representar una muy seria amenaza para la salud. Los humoristas sacaron partido al tema. De la cárcava resultante llegó a decirse que era una bahía sin mareas, una inmensa e insufrible charca. La Cárcava. Espacio robado al mar. Por la lenta ejecución de muelles y relleno de marismas para ensanche de la ciudad y zona portuaria. Por los años ochenta del siglo XVIII, Belisario de la Cárcava fue Gobernador de la provincia de Santander, y de no mala memoria. Cárcava tiene hondo asiento en la literatura. En 'Crítica Efímera', Divertimientos Filológicos (1918), Julio Casares la trata con su aumentativo carcavón (hoyo muy grande). Y Vicente Renero, presbítero, la incluye en 'Formas dialectales y toponímicas de Cantabria (Altamira'1945). Un himno religioso invita al sosiego así: «Entra en la playa de oro el mar y llena / la cárcava que un hombre antes, tendido, / hizo con su sosiego. El mar se ha ido / y se ha quedado, niño, entre la arena».

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eldiariomontanes La Cárcava