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Carlota tiene su casa en Torrelavega

LA TIERRA DORMIDA ·

La ciudad se libró de la cabalgata de estropicios escultóricos plantados en algunas rotondas

Domingo, 19 de junio 2022, 07:06

La instalación en el recinto de la Península de la Magdalena de una de las cabezas del escultor Jaume Plensa (Barcelona, 1955) es ya ... uno de los referentes artísticos de este verano en Cantabria. Similares obras han sido plantadas en lugares privilegiados del mundo, despertando el interés y la admiración por este artista barcelonés, que si el catálogo de obras de arte en la región no nos confunde, tiene una única obra estable: 'Mi casa en Torrelavega'. La escultura, una réplica de la casa de Plensa en la localidad de San Justo Desvern, en el bajo Llobregat, fue instalada en el año 2009 gobernando la ciudad la coalición PRC-PP. Se trata de una representación realizada en policarbonato y acero, con una iluminación interior que cambia de color cada cierto tiempo. Está instalada en la rotonda de Torres y sobrevive con mas pena que gloria, casi olvidada, encaramada a un poste de gran altura. La casa parece dar la bienvenida a Torrelavega, y bien podría entenderse como una referencia al acogimiento que esta ciudad ha hecho y hace a quienes vienen a vivir en ella. Posiblemente sea una de las obras más importantes instaladas en un rotonda, y seguramente, una de las más valiosas económicamente si no se quieren ver en ella los valores artísticos. Falta por hacer en Cantabria -al menos en la comarca más inmediata a Torrelavega- un estudio de las 'esculturas' plantadas en las glorietas -esos distribuidores de tráfico que en nuestra ciudad reciben el divertido apelativo de 'donuts'- para establecer lo que bien podría titularse como 'guía para el arte de los horrores'. Fue en la época de la riqueza municipal, cuando los ediles decidieron 'decorar' las rotondas con trabajos que bien podrían integrarse -algunos de ellos- en 'La parada de los monstruos'. Torrelavega se libró de esta cabalgata de estropicios, siendo la única ciudad que en cada rotonda tiene una obra de arte reconocida y con marchamo nacional o internacional. Y dentro de este museo al aire libre, 'Mi casa en Torrelavega' otea desde lo alto a una ciudad que sigue apostando por cacharros decorativos como atractivo para fijar el interés de los visitantes, en vez de potenciar y 'vender' el museo al aire libre que forman esculturas a pie de calle como 'Oteando', de Miquel Navarro; los tres grupos escultóricos del Jesús González de la Vega -alegorías al mundo del trabajo, de la minería y de la emigración- 'Cuatro cuadros', de Chema Alvargonzález, el conjunto de rocas, 'Sin título', de Adolfo Schlosser, el grupo de paneles metálicos, de José Pedro Croft, la 'Fuente de Granito', realizada por Juan Asensio, 'Savia nueva' de Lucio Marcos Pernía, las de su padre, Lucio Marcos, en el entorno de La Lechera o la extraordinaria fachada o la obra de Subirats en el colegio Nuestra Señora de la Paz.

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