En Cantabria, la irrupción de Sumar abre la puerta a que pueda volver a haber un escaño que dé voz a Cantabria en el Congreso. ... Y vamos a ser claras: Cantabria no es periferia o la playa de nadie. Somos nuestro propio centro. Hay trabajo: mejora de las Cercanías y trayectos de bus, ciudades y pueblos en donde es complicadísimo alquilar, especulación con el suelo y dejación de funciones respecto a la industria, el sector primario y la economía social. Sumar dice que no somos una tierra para turistas, que es hora de vivir mejor.
Estamos en una campaña atípica. No es ningún secreto que estas elecciones se decidirán en las provincias medianas y pequeñas, y muy particularmente en las terceras posiciones, ya que son las que tienen el potencial de inclinar la balanza de los últimos escaños. Las encuestas siguen apuntando hacia la misma tendencia: el gobierno progresista se puede revalidar con el voto decisivo de Sumar, que arranca escaños a la extrema derecha y los suma al bloque progresista.
Pero miremos a lo importante y no nos quedemos en la aritmética. No solo votamos a la contra de un gobierno Feijóo/Abascal de censura, precariedad, amiguismo y conflicto. No solo votamos para evitar que el amigo de Marcial Dorado ocupe la Moncloa. Eso ya lo vivimos. Ya sufrimos ese gobierno. ¿Qué significa que Yolanda Díaz sea candidata a la presidencia? ¿Qué significa un Sumar con fuerza?
Dejemos de hablar de políticos, y hablemos del país a favor que vamos a construir con medidas ecologistas, de ampliación y mejora de los permisos parentales. De reducción de la jornada laboral manteniendo salarios, la prestación universal por hijo o la regulación estricta de los precios del alquiler. Hablemos de que necesitamos acercarnos al pleno empleo con trabajos de calidad y ganar más tiempo para la vida. Necesitamos subir más el SMI y protegernos frente a las deslocalizaciones. Necesitamos una regulación más justa del trabajo autónomo con garantías y prestaciones adecuadas. No es justo que los autónomos y las autónomas tributen al 17% mientras las grandes corporaciones lo hacen al 3%. Necesitamos que el derecho a cuidar y ser cuidados no sea patrimonio de unos pocos, aunque tengan carteras sin fondo y apellidos compuestos. No estamos aquí solo para deslomarnos trabajando. Les aseguramos que un Sumar fuerte no tolerará estas injusticias.
Hablemos, y esto es vital, de la disyuntiva que tenemos delante: convertirnos en una potencia verde o en un desierto gris. Es el desafío de nuestro tiempo. Podemos ser un país puntero en energías más limpias sin condenar a nuestros pueblos y vecinos, en rehabilitación de vivienda, en protección de las personas trabajadoras frente a la emergencia climática. No estamos hablando de una emergencia climática en abstracto, ya no. ¿Saben cuánta gente falleció el año pasado en un accidente de tráfico? 1.145. ¿Cuántas víctimas han sido atribuidas al calor en el mismo periodo? 4.700. Más del triple. España pudo reducir la siniestralidad en las carreteras en un ochenta por ciento porque nos tomamos en serio, como país, el reto terrible que teníamos por delante. Hoy toca hacer lo mismo con el clima con más democracia, transparencia y justicia, frente al oligopolio energético que te sube la luz y la calefacción. Nuestros adversarios proponen cerrar la agencia meteorológica nacional que, además de imprescindible ambientalmente, lo es para el sector turístico o el primario.
Hablemos de los jóvenes. En serio. Hablemos de las personas de menos de treinta y cinco años. La inequidad generacional es un problema de calado. La juventud ha sufrido crisis económicas, sociales y hasta éticas, una tras otra. Millones de jóvenes viven sin expectativas de futuro, preocupados por el clima, la desigualdad y la salud mental, y ven cómo las generaciones que los preceden no hacen nada o se mofan. Somos claras: no vamos a permitir que este país se quede sin el talento y la energía de los jóvenes. Un pacto de Estado por la juventud que los considere interlocutores necesarios, un plan integral de salud mental y un plan de emancipación juvenil son los primeros pasos que debe dar un país que quiera un futuro compartido.
Sabemos que vamos al Congreso a representar a los trabajadores y trabajadoras de Cantabria. Nuestro proyecto de país es mejor que el de nuestros adversarios. Es mejor un país en el que nadie sea más que nadie y en el que la felicidad no sea un lujo. Y les damos un dato: más de un tercio del voto se decide en la última semana. No nos resignemos a quedarnos como estamos. Pidamos más. Es por ti.
Escrito por:
Carmen Martín, candidata de Sumar al Congreso por Cantabria
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