Carta del Marqués

Querido Miguel Ángel: Gracias, muchas gracias. Sé que intentas con todas tus fuerzas sacarme de este rincón polvoriento al que me relegó hace un año ... esa malvada alcaldesa que tuvo la osadía de cuestionar mi grandeza. Con lo que yo he hecho por su pueblo, y también por el tuyo, no lo olvides, presidente. No sé lo que podré aguantar en este sitio infame, sin que nadie contemple mi figura, sin que nadie se pare a adularme y a recordar mi historia como lo hacían en ese noble lugar de Barcelona donde era feliz. Presidente, aquí me muero, mis días se consumen y la tristeza me embarga. Me acusan de negrero, yo que he sido todo un mecenas, y me han relegado a un cuartuco al lado de unos hombres con los que no tengo nada que ver, liderados, además, por un caudillo que me está haciendo la vida imposible. Dice que él fue más grande y poderoso que yo. ¡Qué se habrá creído! Ha llegado a mis oídos que has remitido una carta a esa regidora porque quieres llevarme a Comillas. Miguel Ángel, mi sitio está en la populosa Vía Layetana, pero te lo agradezco por supuesto, es mi única salida. Volver a Comillas siempre será mejor que estar aquí, escondido. Espero que tengas razón y el 28 de abril tu partido triunfe en las elecciones generales y podáis negociar como hacen los independentistas con los gobiernos de Madrid. Sé que es mi única salida.