Secciones
Servicios
Destacamos
«Ya está aquí la vuelta al cole». Así lo anunciaba -a bocajarro- una cuartilla publicitaria de un conocido centro comercial en plena primera quincena de agosto. Como queriendo aguarnos el chapuzón en la playa. Casi como diciéndote: «Ve saliendo del agua, que esto se ... acaba». Cuando aún faltaban veinte días para vivir agosto. Hace una semana me llegaba un mail de un famoso parque de atracciones en el que me invitaba a reservar mi 'Experiencia Halloween' en sus instalaciones. Perdonen, no puedo pensar en calabazas y chuches en pleno verano, lo siento.
Reserva tu entrada para la próxima gira de ese grupo internacional que tanto nos gusta antes de que te quedes sin tickets, están volando. La verdad es que deseo ir, pero a saber dónde estoy en esas fechas. Será en otoño de 2023, pero si quieres vivirlo compra ya. Si no, serás el pringado que no sube un vídeo en sus redes sociales diciendo que estás ahí, en la movida, entre «los elegidos». Recuerdo cuando tenía 20 años y me iba a infinidad de conciertos en los que comprábamos las entradas en la propia taquilla, minutos antes de que empezara el show. Ni peor ni mejor, pero muy diferente.
Tema aparte, aunque viene a colación, es la Navidad. Supongo que a este ritmo también encenderán las luces de Navidad en alguna ciudad tras ver atardecer desde el arenal de una playa en pleno agosto. Antes la Navidad nunca se empezaba a vivir antes del 20 de diciembre. Ahora, para esa fecha ya llevan semanas sobre tu cabeza las luminarias de tu localidad y te están proponiendo que reserves plaza hotelera para la Semana Santa con suculentos -supuestos- chollos. Y justo cuando estás pasando esa Semana Santa en una casa rural o deslizándote por una larga pista de esquí ya tienes que reservar lugar para escaparte de la rutina en verano. Y así vuelan veloces los años.
El compositor George Gershwin decía: «En cierto modo, la vida es como el jazz... Es mejor cuando improvisas». Y, aunque él y yo habitamos este extraño planeta en tiempos diferentes -y distantes-, suscribo sus palabras. Porque a veces doblando la esquina está ese plan improvisado que, aun siendo de menos relumbrón, te da mucho más placer. Si la vida es un guion escrito, hay que probar a saltárselo. Es mucho más inspirador que subirse a un gran barco en el que sabes cada una de las paradas y puertos en los que va a parar.
Siguiendo con sentencias 'robadas' que sin ser mías las siento como tal, y en busca de un cierre de columna que refleje mi sentir ante la premura por vivir en el futuro más que paladear el presente, dice el escritor argentino César Aria: «Improvisar, saber adaptarse y responder al instante es la clave de la felicidad». Querida lectora o lector, si es que hay alguien al otro lado: tenga usted un feliz domingo y no se preocupe por mañana lunes. Cada causa a su tiempo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.