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En un mundo trivial y superficial, de apariencias y vínculos caducos merece celebrarse, aunque sea en el momento de la finitud, una representación contraria. Kirk Douglas, frente a la mitomanía manoseada y la mitología de lo fugaz, era uno de esos escasos monolitos capaz ... de encarnar la más invisible de las revelaciones de la vida, de humanizar lo humano, de elevar la desgarradura a la categoría de relato. Son los casos opuestos de 'Cautivos del mal' y 'El loco del pelo rojo', un juego de presencias y ausencias como el que alimenta la materia y el vacío de las grandes esculturas. Su longevidad no agranda el mito, mas bien deja en evidencia la orfandad de un sentido de entender el cine y, al cabo, la vida. El verdadero lenguaje de nuestro tiempo también ha sido forjado por la gramática de intérpretes-puentes tendidos entre sus personajes y el espectador, entre vidas ajenas y las propias, como traductores de esas miradas sobre el mundo que componen la esencialidad del cine, exenta de lo análitico y lo formal. Lo que nos fascina es que tras el físico, desde el hoyuelo al rostro casi cínico, transparentaba toneladas de verdad pese a partir de la mentira de la representación.

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