Por un parto respetado

Una atención segura y de calidad desde el punto de vista del conocimiento científico, de la necesaria competencia técnica y de la calidez en la asistencia; contar con el apoyo y acompañamiento de una matrona durante estos procesos; un parto y nacimiento no intervenido si esta es la elección materna y el derecho a no recibir tratamientos ni intervenciones innecesarias ni ser sometidas a prácticas rutinarias.

También a ser tratadas de forma personalizada, individualizando las recomendaciones e intervenciones, a recibir el alivio del dolor que precise cada parturienta, promoviendo la analgesia no farmacológica, la inmersión en agua caliente y la walking epidural, a estar acompañadas en las consultas prenatales, en el parto, las cesáreas y en el postparto, a poder contar con el acompañamiento adicional de una doula y a recibir información clara y detallada a lo largo de todo el embarazo, durante el trabajo de parto y en el puerperio.

La lista de derechos incluye también deliberar con los profesionales acerca de riesgos, complicaciones, recomendaciones y los propios valores, optar entre las diferentes opciones y a que la decisión materna sea respetada; así mismo, a no ser separadas de sus criaturas en ningún momento sin justificación, a cesáreas acompañadas, con contacto piel con piel e inicio del amamantamiento y sin separación madre-bebé durante la estancia en reanimación, a recibir el apoyo necesario para la instauración y mantenimiento de la lactancia materna y a ser asesoradas, si la elección es la lactancia artificial, para un manejo correcto y para mantener un estrecho contacto físico madre-bebé.

Por último, a la atención al puerperio, etapa de grandes ajustes biológicos, psicológicos, familiares y sociales, a la atención a la salud mental durante el embarazo y el puerperio, y a que en todo momento se respeten la intimidad, las necesidades, preferencias y decisiones informadas de las mujeres.

En Cantabria, el SCS lleva años trabajando por la consecución de embarazos y partos respetados y por el fomento de la lactancia materna. Recientemente, el Hospital Valdecilla ha dado un paso de gigante con la práctica de cesáreas humanizadas y muy próximamente incorporará la hidroterapia para alivio del dolor y también para el parto en el agua.

Desde el Observatorio de la Violencia Obstétrica celebramos estos avances y pedimos a todos los profesionales implicados que defiendan los derechos de las mujeres y criaturas y sean garantes de su cumplimiento. De igual forma, animamos a las mujeres y a sus allegados a empoderarse, conocer sus derechos y exigir su cumplimiento.