Secciones
Servicios
Destacamos
Lo más emocionante del último cierre del mercado de invierno para los racinguistas no sucedió en los despachos de los Campos de Sport de El Sardinero, ni mucho menos pasó por el fax de Tebas –entre otras cosas porque, desde la chapuza con De ... Gea, parece ser que usan un programa llamado LaLiga Manager–; lo más ilusionante fue un meme que corrió por las redes sociales como Koné en sus buenos tiempos: Messi como nuevo refuerzo verdiblanco. La pólvora.
Lo mejor de todo este asunto es que la parroquia se lo está tomando con humor, porque de lo contrario habría motivos más que de sobra para avinagrarse. De reír las bravuconadas a la dirección deportiva, cuando todavía estaba caliente el ascenso, hemos pasado a un divorcio que ni el de los ingleses con Europa. Que no es que las pintadas y los cánticos sean la expresión incontestable del pueblo soberano, pero lo que resulta prácticamente imposible es dar con algún racinguista que defienda no ya la continuidad, sino incluso la gestión de José Luis 'Chuti' Molina. Y es que es evidente –el tiempo lo ha demostrado– que Chuti se equivocó en julio, diseñando una plantilla descompensada, y con apuestas puntuales en las que, salvo el portero, los ocho goles de Yoda y poco más, ganó la banca.
Su fortuna era que, hasta este viernes, el asunto todavía tenía remedio. Claro que no era fácil, que pocos quieren venir al colista y que el dinero siempre es poco, pero con los tres fichajes firmados no van a recuperar la confianza de la afición, ni mucho menos. Sobre todo, porque el problema estaba en las áreas: marcar y que no te marquen en el descuento, y además porque resulta evidente que el fichaje más prometedor, el de Galán, es de Cristóbal Parralo y no de Chuti. Ojalá que los nuevos sean espectaculares, pero que la directiva no espere un entusiasmo desbordante en las gradas, precisamente.
El verdadero problema no ha estado en los errores, que humanos son, sino en una gestión tan personalista que casi recuerda a Corea del Norte. Esa chulería al vetar a Villalibre en agosto sonó a venganza de telenovela, muy alejada de la profesionalidad que requiere el cargo. Por no hablar del caso De Vicente, el abandono de la cantera o ese secretismo que ni en la guerra fría.
Así que este domingo por la tarde, diga lo que diga la previsión meteorológica, lloverán chuzos de punta en El Sardinero. Ni una goleada va a librar al director deportivo de que vuelvan a pitarle los oídos. Veremos si El Sardinero, que a buen seguro seguirá cariñoso con unos jugadores que se entregan y dan lo que pueden, dicta sentencia, y sobre todo si los Pitmas toman buena nota de cuál es la salida obvia: el 'ChutExit'.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.