El círculo

Hace unos días, ese círculo de visitas de sus comerciales, llegadas de la revista donde devorábamos las novedades, dudas por elegir los libros y emoción posterior de recibirlos y leerlos, se ha cerrado después de varias décadas enriqueciendo nuestras estanterías, nuestro ocio y nuestra cultura.

Planeta, la editorial que hace años se hizo con la propiedad del Círculo, ha confirmado verse afectada «por el cambio de hábitos en el consumo derivados de la fuerte implantación de las nuevas tecnologías», lo que ha provocado pérdidas de venta, más de 37 millones de déficit y un descenso del 15 por ciento de sus ingresos.

Es cierto que, como muchos otros, yo abandoné el Círculo cuando los tiempos modernos se abrieron a nuevas costumbres de ocio y entretenimiento. Y ese ha sido el motivo del cierre de la actividad de sus comerciales que, a pesar de la vocación de llevar la lectura a todos los hogares españoles, ya no volverán a llamar a nuestra puerta. Pero, aunque ya no vuelvan, las sensaciones y vivencias que nos trasmitió aquel ritual nunca desaparecerán, renovados en cada libro, como un círculo de sabiduría donde el principio está en todas partes y el fin, en ninguno.