Ciudad portuaria, puerto ciudadano

En el curso de estas jornadas participó el presidente de la Autoridad Portuaria de Santander, Francisco Martín Gallego, que hizo una brillante ponencia sobre el pasado y el futuro de la Bahía de Santander, destacando lo que ha significado y puede significar el puerto para la ciudad y expresando lo que entiendo un compromiso mucho más allá del personal, del puerto para con la vida urbana y ciudadana, una ambición cívica de seguir liderando y acompañando la actividad urbana con esa carácter portuario que ha sido el germen primero y el matiz singular constante de la ciudad, su manera de ser.

Al final de su ponencia, incidiendo en esa aspiración a la continuidad futura de los mejores aspectos simbióticos de puerto y ciudad, Francisco Martín nos hizo partícipes de la solicitud enviada al Ministerio de Hacienda: la cesión al Puerto de Santander del edificio de Tabacalera, en la confluencia de las calles Antonio López y Marqués de la Hermida, para trasladar allí la sede del puerto.

Ese edificio, construido en el año 1959 por el Arquitecto Juan José Resines del Castillo, es uno de los ejemplos más hermosos de arquitectura racionalista, casi expresionista, con altos valores funcionales y formales. Su uso original, para el depósito y almacenamiento de tabacos en la zona inmediata al puerto, es lo que le otorga su forma característica, con ese fuerte ritmo de cuadrados con amplias lamas horizontales para el secado del tabaco.

Su ubicación, en el límite de la ciudad con el puerto, y la configuración contrastada del cuerpo horizontal del almacén con la torre vertical y airosa, a modo de torre de control, parece proféticamente definida como expresión abstracta de esa naturaleza dual de la ciudad y el puerto, de la calle que se convierte en muelle. El perfil de la torre, con su remate alado en dos atrevidas marquesinas, constituye una imagen icónica para el Puerto de Santander. No podemos imaginar mejor compromiso del puerto para con la ciudad, ni mejor emplazamiento para ese comportamiento ciudadano, y ese compromiso cívico del puerto con la ciudad y la ciudadanía.

El edificio fue, pensamos tristemente, fraccionado en virtud de uno de estos acuerdos entre administraciones que reparten lo que en origen era un concepto unitario funcional y formalmente expresivo. Pero alguna de esas fracciones ya ha sido, con excelente resultado, abierto al uso público y sirve de modo ejemplar como centro cívico e incluso zona verde, siquiera vertical, del barrio Castilla-Hermida, que ha estado tradicionalmente escaso de las dotaciones necesarias para su extensa población.

Una sede del puerto, abierta a la ciudad, cargada de contenido público y de actividad, que fomente el encuentro entre la ciudadanía y la actividad portuaria, marítima y marinera, es sin duda un objetivo que apoyamos con entusiasmo.

Y por eso respondemos a esa llamada con esta tribuna, y hacemos así público el acuerdo unánime en la reunión de fecha 1 de diciembre de 2021 de la Junta de Gobierno del Colegio de Arquitectos de Cantabria para que ese edificio venga a convertirse en la nueva sede del Puerto de Santander, abierta a la ciudad, restaurada conforme los méritos de un proyecto original brillante y urbanísticamente excepcional y abriendo nuestra colaboración para que esa restauración sea el resultado de un concurso de ideas abierto a la más amplia participación y que incorpore, en efecto este edificio como un auténtico elemento de representación y espacio de encuentro de Santander y su puerto, Santander y su bahía.