Ciudadanos, dos años para un milagro
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El partido naranja, en situación crítica en toda España, aspira a sobrevivir en Cantabria y, si no es posible, a hacer un buen trabajo hasta el final y morir con dignidadFélix Álvarez, líder de Ciudadanos Cantabria, evoca en estos días la película 'El vuelo del Fénix' (Robert Aldrich, 1965), que cuenta la peripecia ... de los tripulantes de un avión que se estrella en el desierto del Sahara y con los restos construyen otro aeroplano más pequeño y logran salvarse. En eso está Ciudadanos, en situación crítica en toda España y en Cantabria con la esperanza de sobrevivir tras las elecciones autonómicas y municipales para las que faltan menos de dos años. Si finalmente vienen mal dadas, al menos quieren hacer bien su trabajo hasta el final y morir con dignidad.
En la cúpula regional del partido naranja maldicen su mala suerte. Después de padecer una convulsión continua desde su nacimiento en Cantabria como una escisión de la vieja UPyD, después de tantas divisiones, rupturas, cambios de liderazgo, de progresiva desmovilización y abandonos, para una vez que han alcanzado una estabilidad y una cohesión razonables, sin más divisiones ni fugas ruidosas, resulta que el partido se desmorona en toda España. A cada rato llegan noticias de los conflictos y desbandadas que se producen en la mayoría de los territorios, primero desatados en Murcia y en Madrid, luego en varias de las doce capitales como Granada y Jaén, y casi 200 municipios donde Ciudadanos tiene responsabilidades de gobierno, como en las comunidades de Andalucía y Castilla y León.
«Sólo podemos mejorar, hay partido por jugar», resume Félix Álvarez, que ayer cumplió cinco años en la primera línea política desde que fue elegido diputado nacional el 26 de junio de 2016. Pero en realidad Ciudadanos Cantabria todavía tiene capital político para perder: un grupo parlamentario con tres escaños, la Alcaldía de El Astillero (la única del partido en el Norte de España) y una representación municipal que le ha permitido suscribir pactos de gobernabilidad en municipios importantes como Santander, Castro Urdiales, Marina de Cudeyo o San Vicente de la Barquera.
Los nubarrones de la moción de censura que se cernían sobre el regidor astillerense, Javier Fernández Soberón, hace solo unas pocas semanas parecen haberse disipado bastante porque entre sus adversarios no se acaban de poner de acuerdo. En Santander, sin embargo, el portavoz de Ciudadanos, Javier Ceruti, se dice predispuesto a una moción de censura contra la alcaldesa del PP, Gema Igual, si tuviera permiso de la dirección nacional del partido naranja. Pero ni siquiera los dirigentes de Cantabria ven factible ni beneficioso un hipotético multipacto para desalojar a Igual. En fin, es una historia de frecuentes desencuentros, de insatisfacción permanente de Ceruti por el acuerdo de gobernabilidad con el PP y un reproche básico: «La alcaldesa actúa como si tuviera mayoría absoluta, como si no necesitara nuestros votos».
En los comicios autonómicos de 2019, a Ciudadanos le faltó un diputado para sumar la mayoría de 18 escaños con el PRC, ganador en las urnas. Es dudoso que Revilla les hubiera elegido como aliado para gobernar, aunque seguramente les habría utilizado como mecanismo de presión para negociar con su socio de siempre, el PSOE. Quizá si Albert Rivera hubiera firmado con Pedro Sánchez el pacto de los 182 diputados y Ciudadanos entraba en aquel Gobierno central, a Revilla le habría gustado más Ciudadanos y hoy el partido naranja estaría mejor situado en Cantabria al calor del poder.
No hubo caso. Rivera apostó por un 'sorpasso' fallido al PP y hundió al partido. Tampoco su sucesora, Inés Arrimadas, tras los reveses sufridos, acaba de marcar el rumbo de un proyecto político de centro en una España muy polarizada. En Ciudadanos, todos pendientes de la convención nacional convocada para mediados de julio.
Ciudadanos Cantabria se propone pelear por la supervivencia en dos frentes principales: en el debate político del Parlamento, desde la oposición constructiva practicada en la anterior legislatura, cuando facilitó la aprobación de los Presupuestos del Gobierno Revilla, entonces en minoría, en dos ejercicios, la segunda vez seis meses antes de las elecciones de 2019, a cambio de eliminar el Impuesto de Sucesiones y Donaciones. El otro objetivo es alentar la implantación del partido en la región, desde luego en el peor momento posible, en los municipios en los que ya está representado por una treintena de concejales, y en general, en los ayuntamientos y comarcas más pobladas.
Ciudadanos Cantabria prepara sus planes de supervivencia bajo la mirada ávida de sus adversarios. Todos ellos, el PP, el PSOE, el PRC y Vox aspiran a hacerse con una cuota de los 25.800 votos (7,93%) que contabilizó Ciudadanos en 2019. El PP cree que sería el más beneficiado de la desintegración naranja. De momento no proliferan las oscuras maquinaciones de fichajes para el futuro, hay una buena relación entre las cúpulas de los dos partidos en Cantabria y una alta coincidencia en los planteamientos políticos, tanto en lo ideológico como en el control a la gestión del Gobierno PRC/PSOE que preside Revilla.
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Ana del Castillo
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