Las Colecciones reales de La Magdalena
LA CUARTA ·
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LA CUARTA ·
Sería interesante que Santander contara con un museo para mostrar las piezas que se conservan en el Palacio de los veraneos realesEs una pena que el Palacio Real de La Magdalena no conserve muchos objetos originales de la estancia de los Reyes durante 18 años en su residencia de verano. Sería muy interesante, ahora que avanza el Museo de las Colecciones Reales, en Madrid, poder contar ... con algo similar en Santander. La Magdalena conserva muebles, cuadros y lámparas, pero muy pocos de los pequeños objetos de la que la reina Ena llamó su casuca. Muchos fueron robados, como las muchas copas-trofeo ganados por Alfonso XIII en las regatas en Santander. Numerosos objetos se los llevó don Juan de Borbón como propietario del Palacio y todo lo que había dentro, cuando vendió al edificio al Ayuntamiento de Santander en 1977. Y también muchos fueron vendidos por los administradores de don Juan en Santander para poder mantener en buen estado su Palacio de La Magdalena durante más de 40 años.
En algunas buenas residencias particulares de Santander se conservan piezas que los dueños dicen que provienen del Palacio Real santanderino. Por su porte y tamaño, el espejo de cuerpo entero que vi en un gran piso de El Sardinero podría perfectamente pertenecer a una de las habitaciones de la nobleza que rodeaba a la reina Victoria Eugenia en Santander. Pero no hay documentación que lo pruebe. Dos grandes litografías que cuelgan de las paredes de otro piso son de una colección que en origen estaba completa en los salones del palacio santanderino.
Sí es seguro que parte de las copas-trofeo de Alfonso XIII ganó en Santander están en las Colecciones Reales en Madrid y han sido mostradas en ocasiones en exposiciones en el Palacio Real, que conserva miles de piezas de la vida de los Reyes en ese enorme edificio.
La Magdalena tuvo incluso una farmacia en el edificio, con numerosos tarros de porcelana como era costumbre para guardar remedios de botica. Nada de eso se ha conservado. O lo vendió Juan Carrero, administrador del Palacio, para realizar obras de mantenimiento en el edificio o fueron robados. De manera habitual se montaba un rastrillo con piezas menores del Palacio (como tiestos y otros elementos decorativos) para conseguir mantenerlo en pie. Porque el dinero que obtenía don Juan de Borbón por el alquiler del Palacio al Ministerio de Cultura para celebrar los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo era escaso y no alcanzaba para conservar el edificio y pagar a los empleados que tenía en Santander (una docena) para controlar y conservar la propiedad real (Palacio, caballerizas, Casa de los Guardeses y portería)
Muchas piezas del Palacio fueron robadas. Sucedió con la cubertería de plata, que desapareció tras la ocupación del edificio por las tropas italianas que tomaron Santander en la Guerra Civil. Como sucedió con marcos con fotos y pequeños objetos a lo largo de los años. Los primeros objetos del Palacio de La Magdalena fueron robados al poco de que el edificio fuera incautado por la República. Los ladrones rompieron un cristal de una de las ventanas y se llevaron «cuatro preciosas porcelanas» y «esmaltes que estaban en unos marcos que fueron abandonados por los ladrones», que entraron «por una ventana de las habitaciones de doña Victoria». Así lo recogió el semanario 'Ahora'. La revista 'Nuevo Mundo' daba la noticia el 22 de mayo de 1931 de que «el gobierno de la República se ha incautado del Palacio de la Magdalena que era residencia veraniega de los Reyes de España». Añadía que «el valor actual del palacio, incluyendo el terreno, es de ocho millones de pesetas, según consta en el Registro de la Propiedad».
Y acababa el semanario explicando que «la Comandancia de Carabineros de Santander se ha incautado del Palacio que fue ofrecido a los Reyes por la ciudad montañesa hace unos cuantos años. No tiene este palacio los objetos de arte y la grandiosidad de otros del patrimonio de la Corona. Es en realidad una finca de recreo con muebles sencillos, habitaciones elegantes y cómodas y decoración sobria. En las paredes hay lienzos de Sorolla, Benedito y de otros pintores».
De aquella incautación se van a cumplir 90 años.
A pesar de no contar con piezas pequeñas de la vida cotidiana de los Reyes, La Magdalena es un museo de cómo era la casa de verano de Alfonso XIII y Victoria Eugenia, de su pequeño palacio de verano, muy pequeño en comparación con el Palacio Real de Madrid y otras residencias reales, como La Granja de San Ildefonso, El Pardo, Aranjuez o el Alcázar de Sevilla. Dicen los biógrafos de la Reina Victoria Eugenia (Marino Gómez Santos, Ricardo de la Cierva, Ángeles Hijano, María Teresa Puga, Eusebio Ferrer, Leopoldo Rodríguez Alcalde y otros) que en La Magdalena la Reina Ena era muy feliz. Quizá le gustaba pensar que ese palacio, que era obra de los arquitectos Javier González de Riancho y Gonzalo Bringas, era realmente su casa familiar pues, en ella, por su tamaño, tenía una relación muy directa con sus hijos. Y con su marido, el hombre que nació siendo Rey de España, pues su madre María Cristina de Habsburgo-Lorena quedó viuda del Rey Alfonso XII cuando estaba embarazada.
En La Magdalena hay más de 700 piezas originales de cuando fue entregado a los Reyes Alfonso y Victoria. Muebles de todo tipo (consolas, sofás, mesas, vitrinas...), lámparas y apliques de pared, jarrones, el busto de la reina joven regalado a Alfonso XIII antes de casarse, que fue pagado por damas británicas y realizado por Conrad Dressler; una magnífica mesa de cordobán, los baúles que usaba la reina para transportar desde Madrid su ropa y prendas de piel, los grandes cuadros pintados por Sorolla (la reina Ena vestida a la española con mantilla y abanico) o Benedito (los hijos de los Reyes en su infancia) y los enormes jarrones chinos que el emperador de Japón regaló al rey Alfonso al casarse con la joven Victoria Eugenia en 1906.
En fin, mobiliario de todo tipo que nos hace recordar cómo era aquella vida cotidiana de los Reyes, durante dos meses en Santander. Con habitaciones y salones con muebles de estilo William & Mary (renacimiento inglés), Queen Anne, Chippendale, Georgian (barroco inglés), Heppelwhite, Adam y Sheraton (neoclasicismo)
Santander regaló el Palacio a Alfonso de Borbón en 1912 con aportaciones populares, de entidades públicas, de las principales empresas y de varios nobles adinerados y lo recompró en 1977 a su hijo y heredero al trono, don Juan de Borbón, conde de Barcelona. Muchas piezas salieron del Palacio en camiones por la noche antes de ser vendido a Santander y bajo la atenta mirada de los guardas de la finca. Piezas del Palacio Real de Santander con destino a la venta para obtener dinero para la Familia Real en el destierro de Estoril. Porque en la península de La Magdalena, durante el exilio de don Juan y su familia en Portugal, vivían una treintena de personas. Una familia residía en el Palacio durante todo el año y cuatro en la Casa de los Guardeses. Además del Administrador del Real Sitio de La Magdalena, Juan Carrero, que residía en una casita destinada a él en exclusiva, con vistas a la bahía. La Magdalena fue residencia real y hoy es un museo, abierto al público y muy bien conservado, como recuerdo de aquel tiempo en que Santander fue Corte durante 18 veranos y Alfonso XIII el mejor promotor turístico que nunca ha tenido Santander.
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