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Contra las concertinas

El Puerto alardea de récord histórico: ¿No hay remanente para más personal o más tecnología?

Miércoles, 12 de enero 2022, 07:22

Todos sabemos lo que significa estar contra las cuerdas. El lenguaje está lleno de imágenes y matices que sugieren emociones compartidas más allá de su literalidad. Será porque todos, alguna vez, aunque nunca nos hayamos subido a un ring de boxeo, hemos sentido que la ... vida nos ponía contra las cuerdas. Es distinto estar contra las concertinas, porque la imagen que suscita este giro no está asociada a nuestro devenir. Sencillamente no nos imaginamos haciendo frente a ese dispositivo de cuchillas porque no está pensado para nosotros, sino justamente para aquellos que tienen la necesidad de trasvasarlas. En el Puerto de Santander se quieren instalar casi diez kilómetros de concertinas para frenar a un grupo de migrantes que no tienen derecho, como nosotros, a subir a un barco y pagar su pasaje. El argumento es sencillo: si usted no quiere verse gravemente herido no pase por ahí. «Las cuchillas no van detrás de nadie» dicen en el Puerto quienes las ponen... para otros. Ponerle concertinas a quien está contra las cuerdas es indefendible, pero argumentar con ese nivel retrata a quien lo hace.

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