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El Día Mundial de la Filosofía, establecido el tercer jueves de noviembre por la Unesco para subrayar la importancia del pensamiento crítico, nos invita a reflexionar sobre la aplicación de la sabiduría filosófica a los dilemas contemporáneos. Este día sirve como un recordatorio de que ... la filosofía no es un mero ejercicio académico, sino una herramienta vital que nos ayuda a interpretar y dar forma a la realidad que nos rodea, incluyendo la vida democrática de los países en un contexto global.
La filosofía de Hegel, con su método dialéctico, ofrece una perspectiva particularmente relevante. Hegel entendió la historia como un proceso dinámico en el que cada estado de la realidad (tesis) inevitablemente encuentra su oposición (antítesis) y de su conflicto emerge una nueva síntesis, un estado más desarrollado que resuelve las contradicciones de los anteriores. En el escenario contemporáneo, donde los debates sobre la autonomía y la centralización del poder dominan el discurso público, la dialéctica hegeliana puede ser interpretada como una lente a través de la cual se entiendan las tensiones y se anticipen las resoluciones.
Este proceso no es lineal ni está libre de dolor; al contrario, es el resultado de luchas reales, y a menudo tumultuosas, que se refleja, en el debate nacional, en la autodeterminación de las regiones y la respuesta a las crisis económicas y sociales. Sin embargo, Hegel nos anima a ver estos conflictos no como finales apocalípticos, sino como catalizadores necesarios para el cambio y la maduración de una sociedad que aspira a una mayor libertad y racionalidad.
Kant, en 'La Paz Perpetua', se aventura más allá de los confines de la moralidad individual para trazar un esquema de gobernanza global. Propuso un mundo donde los estados, guiados por los principios de la razón, operarían bajo leyes que garantizaran la libertad y la igualdad soberana de todos los ciudadanos. En la actualidad, con sus tensiones internacionales y sus retos de gobernanza, las ideas de Kant resuenan como una apelación a la creación de instituciones que no solo mantengan la paz, sino que también fomenten la justicia y el entendimiento mutuo.
Hannah Arendt, en su exploración del totalitarismo y la política de la acción, nos advierte de la fragilidad de las libertades. En un tiempo en que las democracias se enfrentan a presiones tanto internas como externas, su énfasis en la importancia de la participación pública y la responsabilidad individual se vuelve cada vez más crucial. La capacidad de actuar juntos en el espacio público, para Arendt, es el corazón de la política y la libertad. En este sentido, cada acción que emprendemos como ciudadanos no solo define el carácter de nuestra política, sino que también reafirma o bien erosiona la base de nuestra libertad.
El enfoque de John Rawls hacia una sociedad justa es igualmente relevante. En un mundo donde las brechas de desigualdad se profundizan, su teoría de la justicia como equidad aborda las desigualdades económicas y sociales que alimentan la desafección política en todo el mundo, también en España. Su principio del «velo de la ignorancia» nos desafía a formular políticas como si no conociéramos nuestra posición en la sociedad, garantizando así la imparcialidad y la equidad.
La actualidad española, con la reciente crisis económica y su impacto en el bienestar social, exige una reflexión filosófica sobre la justicia y el papel del Estado. Las teorías de distribución de la riqueza y la responsabilidad social de filósofos como Rawls pueden proporcionar una perspectiva renovada sobre cómo abordar estos temas de forma que se priorice el bienestar de todos los ciudadanos.
Al reflexionar, podemos tomar inspiración de estos pensadores para abordar cuestiones de identidad nacional, autonomía y diversidad cultural. Sin embargo, la filosofía trasciende estas contingencias, ofreciéndonos una plataforma desde la cual podemos explorar conceptos de justicia, ética y convivencia que son aplicables a cualquier contexto.
El Día Mundial de la Filosofía, por tanto, no es simplemente un homenaje a grandes figuras del pasado, sino un reconocimiento de la vitalidad y relevancia de la filosofía hoy. En una época marcada por la inmediatez y la superficialidad, nos insta a buscar la profundidad y la reflexión. Nos anima a formular preguntas difíciles, a desafiar suposiciones ya buscar la verdad con un espíritu crítico y una mente abierta.
El pensamiento filosófico no trata de dar respuestas definitivas, sino que se enfrenta valientemente a las preguntas que definen nuestra humanidad. En España y en todo el mundo, este día siempre debe servir como un llamamiento a reactivar el dialogo.
Que este año el Día Mundial de la Filosofía no solo sea una celebración del pensamiento, sino también un punto de partida para una práctica filosófica renovada; una que nos impulse a todas las personas a ser pensadores críticos y ciudadanos comprometidos en la creación de un mundo mejor.
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