Consenso, reivindicación, inestabilidad
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El debate sobre el estado de la región llega en un clima de queja general al Gobierno Sánchez por el maltrato a Cantabria que dispara la tensión entre los socios del Gobierno PRC/PSOESecciones
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ANÁLISIS ·
El debate sobre el estado de la región llega en un clima de queja general al Gobierno Sánchez por el maltrato a Cantabria que dispara la tensión entre los socios del Gobierno PRC/PSOEEl primer debate sobre el estado de la región de la legislatura estaba llamado a ser un trámite razonablemente cómodo para el presidente Revilla, ... que el año anterior había visto cumplido su anhelo de ganar las elecciones autonómicas, y para su Gobierno PRC/PSOE, que había recuperado una plácida mayoría después de andar forjando acuerdos a salto de mata durante cuatro años (2015/2019) para aprobar los Presupuestos y no sufrir demasiados revolcones en el Parlamento por estar en minoría. Y en eso llegó la pandemia y lo cambió todo, en la vida de los ciudadanos y también en la política. Las cuentas del año en curso aprobadas en diciembre, que apenas alcanzaban para pagar la nómina de los funcionarios y la factura farmacéutica, ya no servían en marzo para hacer frente a la crisis. En medio del temor a un rebrote de la pandemia y al hundimiento definitivo de la economía y el empleo que auguran el FMI y el Banco de España, Revilla acude al debate con un mensaje de reconstrucción en el que tiene un papel principal el consenso político, tanto en la confección de los Presupuestos 2021 como en la reivindicación al Gobierno Sánchez hostil con Cantabria. Eso coloca en una tesitura cada vez más difícil al socio de Gobierno, el PSOE de Pablo Zuloaga, atrapado entre dos lealtades, su responsabilidad en Cantabria y la disciplina a Madrid, y amenaza la estabilidad del Ejecutivo.
El Debate de Orientación Política del Gobierno, el más importante del año junto al de Presupuestos, llega algo desvirtuado por los trabajos de la comisión del covid-19 que se acaba de desarrollar en el Parlamento durante mes y medio y que ha aprobado 138 propuestas con un alto grado de consenso entre el Gobierno y la oposición, para combatir la crisis.
Pero hay vida más allá de la pandemia, apunta la oposición. El PP recuerda que el Gobierno tomó posesión hace un año, que los indicadores económicos ya eran malos antes del virus, y que hay asuntos básicos por desarrollar en materia de infraestructuras, despoblación rural, financiación autonómica o sobre la transición energética y su influencia en el sector industrial. También Ciudadanos y Vox señalan que el Gobierno Revilla no puede utilizar la pandemia como una excusa para la inacción.
En todo caso, los 100 días convulsos que median entre la explosión de la plaga y la nueva normalidad tendrán un gran peso en el debate. El presidente Revilla contará lo bien que lo ha hecho el Gobierno, el alto coste del combate para las arcas regionales y el maltrato que el Gobierno Sánchez está dando a Cantabria en este y en los demás asuntos que les conciernen.
Revilla quiere afrontar el desafío de la recuperación socio-económica desde el máximo consenso político en la confección de los Presupuestos de Cantabria 2021 y en la reivindicación a Madrid de los compromisos contraídos con la región. En este objetivo no le faltará el apoyo de la oposición, sobre todo del PP, que cada vez que tiene ocasión insta al presidente a golpear a Sánchez con la ruptura de la coalición en Cantabria.
Al PSOE, preocupado por el creciente acercamiento entre el PRC y el PP en los pronunciamientos mediáticos y en las votaciones del Parlamento, no cree que los populares apoyen las cuentas del Gobierno para el año que viene. Más que una duda es un temor porque ese pacto, si llega a producirse, consagraría su propia debilidad en el Ejecutivo.
Así que el PSOE intenta trabajosamente navegar en las aguas turbulentas que provocan desde el Gobierno central: un día descartan a Comillas como sede del Centro Meteorológico Europeo, al día siguiente recortan los trenes Alvia, luego vetan la captación de agua del pantano del Ebro para Cantabria y recurren el pago del dinero del nuevo Valdecilla. Muchas malas noticias antes de que llegue una buena, la adjudicación del estudio del tren rápido con Bilbao.
Al PSOE se le hace difícil disculpar al Gobierno Sánchez, pero lo intenta como puede. La murga de la reivindicación a Madrid, dicen los socialistas, es mera palabrería que no ha dado réditos a Cantabria a lo largo de los años. Lo importante es la gestión eficaz, como la que ha capitaneado el PSOE durante la pandemia, y el desarrollo de proyectos como el Museo de Prehistoria para el que Pablo Zuloaga espera encontrar el dinero y la idea no se quede en el terreno de la infografía como aquella sede del Gobierno de Cantabria que Rafael Moneo diseñó, rediseño y cobró cada vez, o el Museo de la Vaguada de las Llamas.
El socio principal del Gobierno reitera, por el contrario, que la reivindicación a Madrid va muy en serio. El diputado Mazón ya le ha dejado recado al Gobierno de que si los Presupuestos del Estado no recogen avances sustanciales en las infraestructuras -el centro logístico de La Pasiega, las conexiones ferroviarias y por carretera- y el dinero de Valdecilla, se acabará el apoyo del PRC en el Congreso. A continuación también sería el final del Gobierno de coalición en Cantabria.
Tan en serio dice que va el PRC que ya tiene un borrador con el recorte de las consejerías que ahora ocupa el PSOE y con los nombres que ocuparán los cargos vacantes. Eso sí que es previsión.
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