Contraataque chino

El ensayo se llevará a cabo por primera vez fuera de China; el país elegido ha sido Emiratos Árabes Unidos, ya que Sinopharm considera que la pandemia está tan controlada en China que les resultaría difícil encontrar la cantidad de participantes necesaria para esta fase 3. A diferencia de las fases 1 y 2, en las que se evalúan sobre todo la seguridad y la dosis eficaz de la vacuna, en la fase 3 es necesario contar con miles de voluntarios para acotar los efectos secundarios menos habituales.

El grupo chino ha escogido como punto de partida de su vacuna una versión inactivada del SARS-CoV-2, el coronavirus causante de la pandemia de la covid-19, en lugar de aplicar técnicas de vanguardia como han hecho Moderna y la Universidad de Oxford. Es la estrategia clásica de elaboración de vacunas, largamente probada, y presumen de que su producto no ha mostrado ningún efecto secundario grave en las primeras dos fases de las pruebas, en las que participaron más de mil trabajadores de la compañía, y que se trata de la primera candidata a vacuna que cuenta con seguridad y capacidad de provocar una reacción en el sistema inmunológico favorables.

Estamos siendo espectadores de una guerra comercial sin cuartel en un terreno, el sanitario, en el que se solían guardar las formas de cara a la opinión pública. Que haya competencia es interesante, y con más de cien proyectos de vacuna en marcha, raro será que ninguna nos sirva. Puede que no sea ninguna de las que ahora encabezan la carrera, pero es casi seguro que la vacuna que va a devolvernos nuestras vidas estará disponible en un tiempo récord.