PRC y PP corren parejos hacia las urnas
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Revilla y su Gobierno tratan de digerir los reveses en materia de reivindicación y los populares aspiran a recuperar el tirón de la marca bajo el liderazgo de FeijóoSecciones
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Revilla y su Gobierno tratan de digerir los reveses en materia de reivindicación y los populares aspiran a recuperar el tirón de la marca bajo el liderazgo de FeijóoCatorce meses para las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2023. Mucho tiempo por delante en esta era vertiginosa y dramática que encadena una ... pandemia global y la amenaza a la paz mundial que Rusia provoca en Ucrania y en la que cualquier tendencia o pronóstico puede quedar arruinado de la noche a la mañana. Pero al día de hoy, los dos partidos mayoritarios de Cantabria, PRC y PP, corren bastante parejos en la carrera de obstáculos hacia las urnas, ambos obligados a enfrentar situaciones de crisis e importantes desafíos en la acción política.
El PRC todavía aparece con alguna ventaja en los sondeos, pero ya lejos de los espectaculares resultados de 2019 cuando logró una excepcional ventaja de cinco escaños sobre el PP (14-9) y Miguel Ángel Revilla fue el candidato autonómico más votado en 82 de los 102 municipios de Cantabria, incluidos todos los más poblados. De hecho, en las encuestas, también en la más amable para sus intereses, el regionalismo aparece como el partido que más baja, junto al Ciudadanos en vías de extinción.
Después de superar mal que bien los ciclos más duros de la pandemia y a la expectativa de los efectos perversos de la guerra en Ucrania que ya se constatan en el tejido productivo regional, Revilla y su Ejecutivo se ven obligados a afrontar los reveses en lo que constituye el eje principal de su acción política: la reivindicación. Poco después de que Cantabria fuese excluida por la UE del Corredor Atlántico ferroviario, corren la misma suerte los dos proyectos principales para los que reclamaban fondos europeos, el centro logístico de La Pasiega y el Mupac (Museo de Prehistoria y Arqueología). Y el tercero, la terapia de protones, en el alero.
El Gobierno bipartito, y Revilla, especialmente, han acusado el golpe y toda la oposición se les ha tirado al cuello en el Parlamento. El presidente y los dirigentes regionalistas confían en que en los meses previos a las elecciones, todos los proyectos estarán en marcha con el dinero del Estado y con los modestos recursos propios, y que eso es lo que quiere ver la gente, obreros y excavadoras en funcionamiento, no importa de dónde llegan los fondos.
Bendito optimismo. Pedro Sánchez insiste estos días en augurar que llegan tiempos duros, que la inflación, el coste de la energía y todos los precios disparados en pleno conflicto en Ucrania, prefigura una 'economía de guerra' en el futuro inmediato. En esa coyuntura cuesta creer que el Gobierno Sánchez siga inyectando más dinero de los 22 millones consignados este año en los Presupuestos para el Mupac y La Pasiega, cuando ambas iniciativas han sido rechazadas por la UE. Y cuando seguramente tendrá que atender otras prioridades territoriales de los partidos nacionalistas que son sus principales aliados.
Mientras el PRC está seguro de remontar el vuelo en el tramo final de la legislatura, bajo el mando de Revilla, que siempre rejuvenece en campaña, el PP está convencido –siempre lo está, pero esta vez más– de que el ciclo de poder del regionalismo y de su líder se agota y de que volverá a ser el año que viene el primer partido regional. La crisis interna que desembocó en el final político de Pablo Casado y su cúpula demolió la cotización de las siglas de manera fulminante, pero también cree que el nuevo liderazgo de Alberto Núñez Feijóo devolverá el crédito y el tirón electoral con similar agilidad a la marca popular.
También confía el PP cántabro en que la nueva cúpula de Génova no interferirá en Cantabria, que la presidenta María José Sáenz de Buruaga consagrará su liderazgo en el próximo congreso de una recobrada unidad y que a su debido tiempo será confirmada como candidata autonómica. Que Gema Igual tiene bastante con defender el gran fortín santanderino. Sobre Íñigo de la Serna, PP y PRC creen, o quieren creer, lo mismo: que el exministro formará parte del equipo de Feijóo en Madrid, pero no vendrá a Cantabria como candidato.
Si el triunfo electoral de mayo de 2023 está en el aire, mucho más las múltiples combinaciones que pueden darse para la gobernación autonómica. El PRC presume de que estará en cualquier ejecutivo, con el PSOE, aliado de tantos años, o con el PP. Revilla valorará quién tiene mejor futuro en la política nacional, Sánchez o Feijóo, y por lo que a él respecta no se conformará con menos que seguir de presidente. O eso o retirarse, claro. Si el PP gana, difícilmente podría ceder la poltrona al líder regionalista como hizo el PSOE en 2003, porque la militancia y los votantes no lo digerirían nada bien. Y si pierde, aceptaría ser el socio menor.
Por otro lado, el PP y Vox piensan que no es imposible que les salgan las cuentas. Actualmente, ambos partidos suman con Ciudadanos 14 diputados, pero es difícil que los bloques varíen tanto como para que la derecha llegue a los 18 escaños que marcan la mayoría absoluta, salvo debacle de los partidos de la actual coalición, PRC y PSOE.
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