Ola de covid en China

En China, los pacientes con covid que llegan a los hospitales son casi todos ancianos con neumonía y no vacunados. Los hospitales están saturados, las UCIs rebosantes y los crematorios desbordados. Según «informan» distintas fuentes, están muriendo en 5.000 personas al día y se espera que en apenas unos meses lo haga un millón, una cifra muy baja en un país con 1.400 millones de habitantes. Es la misma situación que vivimos en España en marzo de 2020.

A finales de octubre de 2022 apareció una nueva ola en China producida por virus BF7, que es una subvariante de Omicron BA 5 pero tres veces más contagiosa que el Omicron. La decisión del gobierno chino fue tolerancia cero y los confinamientos, en ese caso, muy rigurosos. De hasta tres meses.

El 24 de noviembre hubo un incendio en un edificio de apartamentos confinados en Uyghur con numerosas víctimas que murieron al no poder escapar de allí, lo que originó protestas ciudadanas masivas contra esa política de covid cero y, el 7 de diciembre, un giro en la política restrictiva: se permitieron las salidas y los contactos.

Una semana después de esa decisión comenzó una ola gigantesca de infecciones y en la semana del 12 de diciembre las autoridades sanitarias chinas pararon la obligatoriedad de reportar los casos de covid . Es decir que de covid cero han pasado a covid infinito con 35 millones de contagiados diarios porque con las restricciones muy pocos han pasado la enfermedad natural.

Una de las razones de esta situación radica en la vacunación. Y es que en China, el 60% de los mayores de 80 años y el 30% de los mayores de 60 años no están vacunados y muy pocos tienen las dosis de recuerdo. Además se han prohibido la importación de vacunas mRNA (Pfizer y Moderna) que son superiores a las vacunas de virus inactivados usadas en China. Un estudio realizado en Singapur que compara tres dosis de vacunas mRNA con tres dosis de vacunas chinas demuestra que las personas vacunadas con estas últimas tienen un 52% más de hospitalización y un 90% más de covid muy severo que aquellas vacunadas con las primeras.

Respecto a la subvariante BF7 no parece que tenga una especial virulencia en personas correctamente vacunadas, al menos en las observaciones efectuadas en EEUU donde está presente hasta un 5% de los casos.

Estas vacunas siguen siendo muy efectivas. Un estudio realizado en Texas continúa demostrando que en aquellos sin vacunar hay 14 veces más probabilidades de morir por causas relacionadas con covid que en aquellos vacunados con dosis de refuerzo. Las nuevas vacunas son dobles, contra el virus original y contra ómicron, de ahí que sea tan necesario recibir esas dosis de refuerzo.

Con todo, las consecuencias de esa ola fuera de China pueden ser importantes. En primer lugar porque puede impactar seriamente contra la economía global, ya que son muchos los elementos necesarios que son fabricados allí, en China, donde puede detenerse la cadena productiva. Y en segundo, porque puede facilitar la propagación de la infección. Cuando infectan a millones de personas, los virus pueden replicar y tras nuevas mutaciones aparecen variantes resistentes a las vacunas actuales, aunque en general las nuevas suelen ser más débiles. A ello, claro está, hemos de añadir el peligro que representa la masiva salida de ciudadanos chinos.

Por esto, urge una decisión conjunta: exigir una PCR negativa a todos y cada uno de los viajeros venidos de ese país. Los datos de esta semana en los vuelos procedentes de China dicen que un 50% de los pasajeros están infectados y no tenemos datos de las variantes que están circulando allí.

No podemos esperar otra vez a ver qué pasa. Los ciudadanos debemos exigir un comité técnico especializado con calidad y unificación científica, con información objetiva frecuente e indicaciones en cada circunstancia y cada lugar. Estamos mucho mejor preparados que hace tres años, especialmente en la vacunación, la adecuación de las vacunas a nuevas variantes y los fármacos antivirales, pero que no vuelva la burra al trigo.