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La mpox (previamente conocida viruela del mono) es una enfermedad vírica que se descubrió por primera vez en humanos en 1970, en la República Democrática del Congo (RDC). Desde entonces, se ha considerado una enfermedad endémica en este país, y ha cursado brotes de pequeña ... magnitud, debido a la transmisión de animal a persona por contacto, mordedura o ingesta de la carne. Lo que conocemos como zoonosis.
El virus mpox tiene dos variantes (o clados): el tipo I y el tipo II. El primero es mucho más virulento y letal, mientras que el segundo es el que originó la pandemia de 2022, alcanzando a muchos países donde nunca se habían registrado casos. En aquella ocasión, la mayor parte de la transmisión ya se produjo de persona a persona, principalmente por vía sexual.
La novedad radica en que en 2023 empezaron a detectarse en RDC los primeros casos de una subvariante del Tipo I, denominado subclado Ib, que tiene ciertas diferencias genéticas que pueden inducir a diferentes formas de trasmisión entre humanos y a un aumento de la letalidad. Falta mucho por investigar, pero sí sabemos que la transmisión sexual ya no es la principal vía de contagio y que la mortalidad es mucho mayor. Actualmente, ambos clados (el Ia y el Ib) circulan en la RDC, y la población afectada –y también la más vulnerable– es en su mayoría menor de 15 años. De hecho, hasta el 70% de los pacientes y el 80% de los fallecidos en el país se encuentran en esta franja de edad.
En epidemias de este calibre resulta crucial reaccionar lo antes posible y adoptar todas las medidas necesarias en los países afectados, como incrementar la vigilancia, sensibilizar a la población y formar al personal médico para el manejo de casos. Y también, tener en cuenta las medidas de prevención habituales, como la higiene y el evitar contacto estrecho con las personas infectadas, algo que es difícil en un contexto con el de la RDC y más aún en los campos de desplazados de las provincias de Kivu Norte y Kivu Sur, donde las condiciones de vida son muy complicadas. Por lo cual, instaurar campañas de vacunación es crucial para el control de la epidemia, si como en el caso de la mpox, existe una vacuna para la enfermedad.
¿Y cuántas vacunas serían necesarias? La agencia de salud pública de la Unión Africana para el Control y la Prevención de Enfermedades calcula que hacen falta diez millones de dosis para el continente, de las cuales tres millones estarían destinadas solo para RDC.
La buena noticia es que el Gobierno de RDC tiene, desde hace meses, un plan definido para la campaña de vacunación. Aunque lamentablemente sigue a la espera de las vacunas, ya que el país no dispone de reservas. ¿Y dónde está el cuello de botella? Es sencillo.
El primer problema es la falta de capacidad de producción a nivel mundial, algo que se podría solucionar con un traspaso de capacidades técnicas para aumentar la producción dentro del propio continente africano. De este modo, se disminuirían los costes y al mismo tiempo se aumentaría la capacidad de producción, lo que se traduciría también en una reducción del precio de las vacunas, que actualmente cuestan unos 100 euros por dosis.
El otro problema reside en la falta de vacunas en los países africanos, un asunto sobre el que los países que disponen de reservas y en los que el virus no supone una amenaza en estos momentos (la OMS recomienda vacunar solo a las personas con mayor riesgo, como pueden ser los contactos estrechos de pacientes afectados y el personal sanitario y de laboratorio de primera línea) tienen que empezar a actuar.
La declaración de emergencia de salud pública internacional por parte de la OMS facilita la liberación de fondos de emergencia, acelerará la inclusión de las vacunas en la lista de uso de emergencias y permitirá la compra de vacunas entre los distintos países, asegurando que aquellos que están viéndose afectados puedan recibir el apoyo necesario para controlar la epidemia de manera efectiva.
Los primeros resultados de esta declaración, aunque aún lejos de verse implementados de forma real, han empezado a verse estos días, con España como uno de los primeros países en tomar medidas. Esta misma semana, el Gobierno ha anunciado que donará 500.000 dosis de vacunas de la mpox a África, lo que representa el 20% de las existencias que almacena nuestro país.
La decisión de España supone un ejemplo a seguir, pero harán falta muchas más vacunas y muchos más países se sumen a la iniciativa, tal y como pide el Gobierno. Por el momento, ya se han sumado Francia, EE UU, Japón y Alemania.
Lo que está claro en estos momentos es que, cuanto antes se pongan en marcha las medidas adecuadas y se pueda iniciar la vacunación, menos contagios habrá y más vidas estarán a salvo. Mientras tanto, en MSF seguiremos luchando contra la expansión del brote en RDC, donde estamos tratando a miles de pacientes, hacemos diagnóstico y seguimiento de casos, organizamos sesiones de sensibilización y formamos al personal médico local.
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