El Cristo de Mauro Muriedas

Estos días tienen lugar en Tanos sus tradicionales fiestas. Bajo la advocación de Santa Ana y las Nieves, constituyen el pórtico a las de la ... Virgen Grande de Torrelavega. Siempre han sido muy populares y con un amplio y atractivo programa de actividades. Este año van a tener un aliciente sentimental y cultural importante dentro de sus actos. El viernes 5, a las doce del mediodía, tendrá lugar la misa en honor a la mencionada Virgen de las Nieves, que da nombre a la parroquia. En esa ceremonia se presentará ante los fieles un Cristo en madera realizado por el escultor Mauro Muriedas que ha sido donado por su hijo a la parroquia taniega. Realizado en madera de castaño, pertenecía a la colección que Maurín tenía en casa. Ahora, después de una pequeña restauración de los dedos de una mano, formará parte del patrimonio cultural de los torrelaveguenses a través de la generosa donación y la entusiasta acogida por parte del párroco Jesús Casanueva. Al Cristo se la ha añadido una cruz de un color más claro que el oscuro de la icónica figura cristiana. Mauro Muriedas no hizo muchas imágenes religiosas. Algunos encargos en sus primeros años. El Cristo que ahora vamos a contemplar en Tanos él lo llamaba el Cristo de los mineros. No olvidemos que Mauro trabajó en la RCA durante muchos años y allí se jubiló. Emilio de Mier, amigo de la familia, se refirió a él como «grávido y telúrico». De tres clavos, los brazos extendidos en uve, con el característico gesto de los personajes de Muriedas, las cabezas levemente humilladas. La piel muestra las texturas que dibujaba con la gubia (José Hierro decía: «Cuanto toca con su gubia se le convierte automáticamente en escultura»). La colocación del Cristo en Tanos tiene además un valor sentimental. En Tanos están enterrados el escultor y su mujer, Tinuca, y sus padres lo cual contribuye a reforzar la carga simbólica de la donación.