Los crucigramas

Cierto es, eso sí, que tomando el cafelito hay muchas más personas leyendo el 'Marca', que devanándose el coco buscando el participio o el gerundio de vete a saber qué infinitivo que se le haya ocurrido al sesudo autor de tan complicado pasatiempo.

Por eso, no es raro observar las carreras matutinas de quienes no se conforman tan solo con ver las viñetas, y madrugan más de la cuenta para no encontrarse el periódico con los crucigramas hechos, sintiendo una gran decepción si ven como un jubilado más tempranero ya lo ha hecho, o lo está haciendo, aunque en ocasiones, de ser así, con un poco de suerte, se encuentran en blanco el sudoku y los siete errores, además de poder ratificar su buena fortuna con el horóscopo.

Vamos, que los crucigramas son como el rosco de 'Pasapalabra', pero sin premios millonarios, con la única satisfacción de comprobar tu nivel de sabiduría y sobre todo, de saber que si lo completas correctamente, Hacienda no se lleva nada.

Al igual que he visto como en la barra algunos clientes del bar miran por encima del hombro los titulares de quien está leyendo los resultados de los partidos, en muy contadas ocasiones he visto lo propio con los crucigramas, donde el nivel cultural es mucho más intrincado, que defender como se pueda a tu derrotado equipo de fútbol, o chulearte de sus victorias como si fueras el mismo entrenador.

Ni pan, ni circo: crucigramas. La mejor manera de tener entretenido al personal al que se le queda corto el Espasa, aunque algunos tengan en la cabecera de la cama el 'diccionario del crucigramista', sin contárselo a nadie, porque así se dan el pego, bolígrafo en mano, hablando en voz alta para ser escuchados, diciendo lo de «pastor que incendió el templo de Diana en Éfeso: Erostrato». ¿Y a ver quién levanta la mano para negárselo? Especialmente los expertos en sacar másteres copiando.

Y digo yo, por qué no se hacen crucigramas donde se hagan preguntas de los viajes del Imserso, de lo que tarda el ICASS en hacerte una revisión de incapacidad, de cómo acertar con la ventanilla correcta a la primera para presentar una instancia. A lo mejor así, muchos llegarían a la conclusión de que el saber sirve para algo.