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Un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha puesto en marcha un proyecto para desarrollar fármacos antivirales que impidan el transporte ... del coronavirus SARS-CoV-2 dentro de las células. Se trata de un enfoque radicalmente distinto al empleado en antivirales como el remdesivir, que interfiere en la replicación del ARN del virus, o el kaletra, que actúa evitando la adecuada formación de las proteínas de la cápside, lo que anula la capacidad infecciosa del virus.
Durante una infección, los virus deben utilizar una parte de la estructura interna de las células, los llamados microtúbulos, que son parte de su arquitectura interior y fundamentales en el tráfico de moléculas dentro de la célula. Los patógenos usan estos conductos tanto para acceder al interior de las células como para salir al exterior y propagar la infección.
El proyecto del CSIC intenta determinar si el SARS-CoV-2 también depende de esta estructura para su propagación. De confirmarse esta hipótesis, los microtúbulos serían una diana efectiva para detener la expansión del virus dentro del organismo humano. Para ello, el equipo español cuenta con una colección de fármacos dirigidos contra la tubulina, y cribará entre ellos los que inhiban el transporte y la replicación del coronavirus.
Además, los microtúbulos también participan en el tráfico intracelular de las citoquinas y su correcta localización en la respuesta inmunológica, por lo que el estudio de los microtúbulos puede ser clave para prevenir la activación desproporcionada del sistema inmunológico que desencadena la llamada 'tormenta de citoquinas' durante el agravamiento de la COVID-19. Esta respuesta exagerada del organismo está detrás de la mayor parte de los fallecimientos debidos a la enfermedad; y de hecho, buena parte de los tratamientos que se están empleando en las UCI de los hospitales están encaminados a controlarla.
Se trata de un enfoque prometedor, que se venía aplicando a ciertos tumores de pulmón que son producidos por virus. Al no estar dirigidos específicamente contra el virus, sino centrados en estructuras celulares del huésped, es más probable que su uso se pueda extrapolar a múltiples enfermedades.
Como podemos ver, cuando hay una mínima inversión, en España tenemos la materia prima para llevar a cabo investigaciones punteras. Sólo hace falta que la inversión no se agote cuando dejemos de tener una amenaza pendiendo sobre nuestras cabezas.
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