¿Cuántas dosis?

La evolución de la pandemia ofrece tres escenarios posibles. El primero sería la posible eliminación regional del coronavirus, situación muy improbable a corto plazo. Una segunda posibilidad sería que se estableciera una situación endémica con un potencial evolutivo del virus moderado, donde se administrarían dosis de refuerzo periódicas, al menos a las personas de alto riesgo, y a otros grupos según el riesgo o la inmunidad. El tercero de los escenarios supone una situación endémica del covid con un potencial evolutivo alto, en la que sería necesaria la administración de dosis de refuerzos anuales a todos los grupos adaptadas a las distintas mutaciones hasta que se logre la vacuna universal, es decir, la dosis única que permita no tener que vacunarse más.

Pfizer ha ofrecido un seminario para periodistas, en el que se ha abordado el tema de la futura pauta de vacunación. El director médico a nivel mundial de vacunas de Pfizer, Luis Jódar, reveló en el mencionado seminario que la evolución de la variante Ómicron y la virulencia de sus mutaciones determinarán la necesidad de una vacuna anual contra el SARS-CoV-2 para toda la población, sea o no de riesgo, hasta que se obtenga la mencionada vacuna esterilizante.

El debate se centra en la necesidad de una cuarta dosis para todas las personas que ya tengan puesta la de refuerzo, una situación de escenario dos. Los datos recogidos en las últimas pruebas sugieren una cierta disminución de la protección con el paso del tiempo en personas mayores e inmunodeprimidas; y una segunda dosis de refuerzo de la vacuna covid-19 de Pfizer o de Moderna podría ayudar a aumentar los niveles de protección para estas personas de mayor riesgo. Esto es debido a la durabilidad del refuerzo y la mayor resistencia de Ómicron ante la protección que proporcionan las vacunas. En Estados Unidos se ha aprobado para todos los mayores de 50 años y todos los mayores de 12 años inmunodeprimidos. En España ya se está administrando, de momento a pacientes de alto riesgo, transcurridos cinco meses desde la administración de la primera dosis de refuerzo.

El reto hoy es conseguir la vacuna esterilizante, la que evite completamente el contagio. En este sentido, el próximo gran avance puede ser la vacuna intranasal, como la que está desarrollando Luis Enjuanes en el CSIC. A largo plazo, Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, apuesta por una vacuna que sea capaz de prevenir el contagio no solo del SARS-CoV-2, sino de todos los coronavirus, incluido el que produce el resfriado común. Ese logro requiere identificar las regiones que no son propensas a mutaciones y que se mantienen estables en todos los coronavirus. El propio Fauci reconoce que harán falta años para desarrollar estas vacunas, y que se necesitan enfoques innovadores para conseguir una protección amplia y duradera contra todos los coronavirus, conocidos y desconocidos.

Aunque el fin de la lucha parece lejano, nuestra situación ha mejorado mucho: las vacunas han contenido la mortalidad y las hospitalizaciones, y empezamos a disponer de antivirales específicos. Estamos más cerca del día en que la pandemia sea solo un mal recuerdo.