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Pleitos tengas y los ganes! Una maldición tan antigua como cruel. Probablemente demasiados vecinos de Cantabria todavía estén con la idea de que el Ayuntamiento de Piélagos gobernado por el Partido Popular recalificó unos terrenos en el monte del Cuco para enriquecer a ... la promotora Fadesa, propiciando el desmán paisajístico por todos conocido. Es la difamación sostenida durante quince años por políticos de otros partidos. «Han puesto el cazo», decían. Sin embargo recientemente el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria ha señalado en sentencia firme que sólo la empresa fue culpable.
Los hechos que narro a continuación son constatables en documentos oficiales; ha sido un trabajo arduo resumir lo sucedido en tres lustros. Lo he hecho en honor a la verdad y a la justicia, a la memoria de todos los políticos y funcionarios municipales acosados y vilipendiados durante todo este tiempo, principalmente por quienes hoy nos gobiernan. El Cuco ha sido, además la excusa del actual tripartito para justificar sucesivas subidas de impuestos, las que pagan en realidad sus incrementos salariales y los nuevos cargos de confianza. Ahora que sabemos que el PP no fue culpable, callan.
Hace quince años –y aún hoy en día– sí se podía construir en la ladera del monte del Cuco. Así lo contempla la modificación del PGOU de Piélagos aprobada en 1993 por unanimidad de todos los grupos políticos de la época: PP, PSOE y UPCA. De aquella corporación sólo continúa en activo Roberto Ruiz Argumosa, actual portavoz socialista y mano derecha –o izquierda– de la alcaldesa, Verónica Samperio. Él debería recordar bien lo que ahora les resumo:
23 de mayo de 2002. Fadesa, la mayor promotora y constructora de España, presenta el proyecto del Plan Parcial Alto del Cuco y adquiere los terrenos a los diferentes propietarios privados, nueve años después de su recalificación.
22 de octubre de 2002. Concejales populares, socialistas y regionalistas lo aprueban por unanimidad en comisión de Urbanismo tras la lectura de los informes favorables del arquitecto y secretario municipal.
10 de septiembre de 2003. El Gobierno de Cantabria emite la declaración estimatoria de Impacto Ambiental aprobatoria para el Plan Parcial.
18 de diciembre de 2003. El Pleno municipal somete el documento a aprobación provisional. Así refleja el acta la intervención del portavoz del PSOE: «En nombre del Grupo Socialista, tras señalar que el documento sometido a consideración plenaria cuenta con la declaración estimatoria de Impacto Ambiental, emitida por la consejería correspondiente, anuncia el voto favorable de su Grupo».
En 2004 la CROTU empieza a rebatir el informe de Impacto Ambiental y manda al ayuntamiento de Piélagos un informe negativo no vinculante y fuera de plazo. Los regionalistas de la consejería de Urbanismo no utilizan la resolución de controversias para solucionar las discrepancias con sus compañeros socialistas de la consejería de Medio Ambiente. Lo que se podría haber resuelto por Consejo de Gobierno, y que facultaría la paralización del Plan Parcial, se convierte en una guerra política contra el alcalde popular Jesús Ángel Pacheco.
17 de febrero de 2004. Ponencia técnica de Urbanismo. Se produce un intenso debate entre Medio Ambiente, que insiste en que la E.I.A. es aprobatoria y no existe impacto paisajístico, y la señora García, directora general de Ordenación del Territorio y Urbanismo, que afirma que el informe de Impacto Ambiental presentado por la promotora es erróneo.
12 de septiembre de 2005. Ante la petición de ARCA de suspender el proyecto del Plan Parcial, la consejería socialista de Medio Ambiente vuelve a estimar que «no procede tal suspensión porque no existe incumplimiento de la Estimación de Impacto Ambiental», la cual siguen considerando correcta. No obstante en noviembre se emite una nueva E.I.A. tras recibir ciertas modificaciones solicitadas a la empresa promotora. Se aprueba así el proyecto de urbanización del Sector Alto del Cuco.
29 de marzo de 2007. El Tribunal Superior de Justicia de Cantabria resuelve la anulación del Plan Parcial por «la ruptura de la armonía del paisaje en un entorno natural rural precisado de protección».
El Ayuntamiento, sin ser declarado culpable, tiene que responsabilizarse inicialmente de la demolición de las viviendas. Pero tal y como dice la sala, «el consistorio actuó dentro de unos márgenes no solo razonados, sino que también razonables». Quien engañó a Medio Ambiente fue la empresa. Por eso, Piélagos puede ahora reclamar civilmente a la promotora el coste del derribo. El PP así lo ha propuesto, pero el tripartito PSOE- PRC-AVIP lo ha rechazado.
En el urbanismo somos todos responsables. Todos los partidos hemos pasado por Gobierno y Ayuntamiento. Si pensamos que se trata de un arma y no de un instrumento de desarrollo socioeconómico, seguirán los Cucos, las noches sin dormir y la amargura vital que han tenido que sufrir demasiadas personas inocentes. Yo elijo la luz.
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Ana del Castillo
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